Por mucho que se les haya criticado, es justo reconocer que el príncipe Harry y Meghan Markle fueron muy valientes cuando anunciaron que querían abandonar su papel en la monarquía británica. Un paso que no cualquiera en su posición habría dado. Sobre todo teniendo en cuenta lo que se arriesgaban a perder con esta polémica decisión: poder económico, relevancia social y, lo que es peor, el amor de su familia. Porque no, los Windsor no se han tomado históricamente muy bien lo de las renuncias por amor. ¿O acaso hemos olvidado lo que ocurrió cuando Eduardo VIII quiso que Wallis Simpson fuera su esposa?
Por suerte para los todavía duques de Sussex, la reina Isabel II se tomó bastante bien su decisión. Al menos de manera pública, tal y como demostró al anunciar que aceptaba el cambio de rol de su nieto y que se iba a tomar un tiempo para decidir cuál sería el futuro de Harry, Meghan y Archie en la institución.
Un tiempo de transición para que se adaptaran a su nueva vida que por fin tiene fecha oficial de salida: el 31 de marzo. Ese será el día en el que el Sussexit será efectivo. El último en el que los duques estarán ligados a la corona y también la fecha en la que Buckingham Palace cerrará para siempre la oficina que la pareja tenía allí todavía abierta.
Al día siguiente ya serán libres para hacer lo que quieran en Canadá. Bueno, casi, porque aunque no está claro si podrán seguir usando el título de duques de Sussex (en palacio no les gusta mucho que hagan negocio con ello); en el acuerdo de salida se especifica qué tipo de causas pueden apoyar.
“El duque y la duquesa dividirán su tiempo entre el Reino Unido y Norteamérica”, ha confirmado a People un portavoz de la pareja. “En términos generales, su trabajo seguirá siendo el mismo y estará ligado a apoyar la Commonwealth, a empoderar comunidades desfavorecidas, a estar muy pendientes de los jóvenes y a defender la salud mental”, explica esta persona.
“Mientras tanto, ambos están participando en reuniones para planificar la construcción de una nueva organización sin ánimo de lucro propia cuyos detalles se conocerán a finales de año”, asegura esta misma fuente.
¿Y por qué tan tarde? Porque al parecer la pareja acordó un período de transición de 12 meses con la Familia Real que permite a ambas partes “garantizar que el acuerdo funcione para todas las partes”. Y es que al no haber “un precedente para este nuevo modelo de independencia financiera funcional y eventual” quedan todavía muchos detalles que deben ser resueltos cuidadosamente en el futuro. Pero el más importante ya está tomado: libertad a partir del 1 de abril.
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