En la despensa de Kensington: ¿a qué supermercados van (y qué compran) Kate Middleton y Guillermo?

Quién se sienta en el trono británico no será la única cosa que cambie con la muerte de la reina Isabel II. Ese triste día, el duque de Cambridge se convertirá en el nuevo príncipe de Gales, y como tal empezará a conceder el sello de garantía real -royal warrant- con el que tanto la reina como su marido y su heredero reconocen oficialmente a sus proveedores. De esa manera, las empresas que llenan con sus productos el hogar de la familia del príncipe Guillermo y Kate Middleton, desde el botiquín a la despensa o el zapatero, serán conocidos por el público.

Aunque habrá que esperar hasta entonces para conocer esta información, ya hay pistas de qué tiendas podrán presumir en su día de que tienen como clientes a los príncipes herederos colocando en la fachada de su local el escudo de armas del príncipe de Gales.

Todo indica que muchas seguirán siendo las mismas que hasta ahora. Es el caso, por ejemplo, de los supermercados Waitrose, una cadena que actualmente es proveedora de alimentos y bebidas tanto de Isabel II como del príncipe Carlos, y por la que Kate Middleton ha mostrado en varias ocasiones su predilección. El año pasado, por ejemplo, la duquesa de Cambridge fue fotografiada haciendo la compra en el supermercado Waitrose que hay en Norfolk, el condado en el que los duques tienen su residencia privada, Anmer Hall, aunque otra veces se la ha visto hacer la compra en otros sin sello real como en los de Sainsbury’s o en Whoole Foods.Incluso en estos casos, no obstante, Kate parece decantarse no obstante por los productos que cuentan con el visto bueno de la casa real: poco después de su boda, por ejemplo, fue fotografiada comprando en un supermercado de la cadena Tesco una caja de Kellogg’s, proveedor de cereales de la reina.

Los supermercados Waitrose, por otro lado, venden las galletas y demás productos orgánicos que produce el príncipe Carlos en su granja de Highdrove, un negocio que heredará el príncipe Guillermo y que cabe esperar que también querrá promocionar manteniendo a Waitrose su royal warrant.

Lo mismo es probable que suceda con The Goring London, un hotel -el más cercano al palacio de Buckingham- que el año pasado se convirtió en el primero que obtenía la royal warrant como proveedor de “servicios hospitalarios” de la casa real, ya que fue allí donde Kate Middleton pasó su última noche como soltera la víspera de su boda con el príncipe Guillermo en 2011.

También la ginebra Gordon’s, proveedora oficial de la reina, tiene muchas papeletas para seguir alegrando las fiestas de la familia real una vez que los duques de Cambridge muten en príncipes de Gales y, más adelante, en reyes. En las fotografías de la visita que Barack y Michelle Obama realizaron al palacio de Kensington hace dos años, puede verse que los duques abrieron una botella de esta marca de ginebra durante la reunión -también aparecía una del vodka ruso Smirnoff-.

La visita de los Obama, una de las pocas ocasiones en las que el público ha podido ver el interior del hogar de la familia Cambridge, sirvió para identificar otros comercios que actualmente no cuentan con un sello de garantía real, pero que cuentan con la confianza de los duques. En las mismas fotografías la prensa británica identificó un ramo de flores de la floristería de Simon Lycett, que fue el florista encargado de adornar la boda del príncipe Guillermo y Kate y podría sustituir así a Myses Stevens como actual florista oficial del príncipe de Gales, y una vela aromática de la tienda Jo Malone -por ahora es Candlemakers Supplies quien suministra velas al príncipe Carlos-.

Otros productos que consumen los duques de Cambridge, sin embargo, probablemente hayan dejado de entrar en el palacio de Kensington cuando sean príncipes de Gales. Se sabe por ejemplo que para las papillas del príncipe Louis su niñera española, la palentina María Teresa Turrión, escogió las de Kendal Nutricare, y que los duques han paseado a sus tres hijos en cochecitos de Silver Cross, pero a la longeva reina Isabel II seguramente todavía le quede tiempo de sobra para llegar a ver masticar bistecs y correr una maratón al pequeño Louis de Cambridge.

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