Cinco meses sin Álex Lequio. Lo ha recordado su prima Celia con un vídeo inédito de hace diez años compartido en Instagram y, por supuesto, no ha faltado el mensaje de su madre, Ana Obregón. La actriz ha dado bocanadas de aire fresco desahogándose en esa red social. Este 13 de octubre, no iba a ser menos.
Ana ha compartido una imagen en la que se la puede ver de espaldas, meditando. Porque ese el verdadero refugio en el que se ha recogido para intentar mitigar ese dolor inconsolable que deja la muerte de un hijo. Una foto en la que no muestra su cara, pero sí se intuye que solo halla algo de paz en ese «viaje interior», como ella misma describe junto a la instantánea.
«Estos cinco meses sin ti no sabía quién era, lo que era o ni siquiera si era. Simplemente… estaba allí , como una percepción singular en medio de una nada sombría, carente de principio y final», comienza antes de señalar: «Aquí llevo más de un mes (me vine antes del estado de alarma)». Sí, desvela donde anda pasando ese trago tras haber rematado ese descanso en Mallorca al lado de sus familiares.
«Meditando en calma para encontrar la paz en este viaje hacia mi interior. Conectando con mi conciencia espiritual o el alma, porque las almas son eternas y de esta forma me acerco más a ti. Siguiendo tu ejemplo, iluminada por tu luz», prosigue Ana antes de citar a uno de los grandes científicos de la humanidad: «Decia Einstein que ‘el auténtico valor del ser humano viene determinado principalmente en la medida que ha conseguido liberarse del Yo'».
Las almas son eternas y de esta forma me acerco más a ti»
«De ese Ego que contamina todo. Hasta a los políticos, que jugando a ser médicos y midiendo constantemente su Ego y su poder , conseguirán tener en su currículum un montón de vidas de españoles. Desde mi corazón mi más sentido pésame a las familias de los 50.000 (¿33.000?) fallecidos en España por esta pandemia (sindemia)», se puede leer cómo, desde su dolor, se acuerda de mandar consuelo a quienes han perdido a algún ser querido por el coronavirus.
«Tenéis que perdonarme, siento muchísimo compartir con vosotros mi dolor porque siempre a lo largo de 40 años en mis trabajos mi intención era contagiaros felicidad, haceros reír, soñar, que olvidarais los problemas. Necesito que me entendáis he perdido todo, mi único hijo. Y no tengo ganas de reír, ni de bailar, ni de ponerme modelitos y por ahora no puedo trabajar», son las palabras más desgarradoras dentro de ese mensaje.
«Sé que vuestra mano anónima me acompaña y me sujeta fuerte para que no caiga más hondo. Os estoy infinitamente agradecida. También sé que mis hermanas no me han soltado la mano ni un segundo. Pero sobre todo sé que tú, Áless , me mandas ese inmenso amor desde la eternidad y que si algún día vuelvo a vivir será por ti», remata antes de recordar que se cumplen esos cinco meses desde que se le apagó la vida.
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