El pasado viernes, deberían haberse inaugurado los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Efectivamente, como ha pasado con miles de acontecimientos, la cita olímpica ha tenido que retrasarse un año por culpa de la pandemia del coronavirus. Pero el Rey Felipe quiso recordar uno de los momentos más emotivos de su vida: cuando fue abanderado en Barcelona 92.
El Monarca difundía un vídeo, grabado desde su despacho en el palacio de La Zarzuela, en el que se le escuchaba decir: «Este 24 de julio estaba previsto la inauguración, pero debido a la pandemia han sido aplazados para el año que viene». Unas palabras que precedían a ese recuerdo mágico para él: «Tuve ese inmenso honor en los juegos de verano de Barcelona 92. Era la primera vez que se jugaba en España y, por tanto, jugábamos en casa».
Casi son poder contener la emoción, don Felipe relataba: «Ser olímpico implica el compromiso con los más altos valores que encarnan el ideal olímpico. Valores como el compañerismo, el juego limpio, la excelencia, el esfuerzo… Son en realidad seña y guía para todas las dimensiones de la vida. Y ser abanderado de tu país supone el orgullo inmenso de representar a nuestro deporte, a España, en la mayor y más importante convocatoria deportiva del planeta».
Ser abanderado de tu país supone el orgullo inmenso de representar a nuestro deporte»
«Y significa por supuesto hacerlo en el ámbito de la competición, donde como equipo buscamos el mayor número de medallas y las mejores marcas. Pero aún más importante, ser abanderado significa representar internacionalmente a nuestra sociedad con su principal símbolo… en lo que se refiere a los altos principios y valores que representan», continuaba en esa vídeo intervención.
Y aprovechaba para pedir a los españoles que nos impulsemos en ese espíritu de superación que se engendró en Barcelona para salir adelante tras las crisis sanitaria: «El ejemplo que significó Barcelona ’92 y el propio espíritu olímpico deben seguir inspirándonos para superar todos los desafíos que tenemos por delante. Son retos muy importantes, complejos y diferentes. Pero los españoles, con el mejor espíritu y los más sólidos valores olímpicos, vamos a superarlos todos, tal y como hemos hecho tantas veces en nuestra larga historia».
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