Después de más tres meses en la isla de ‘Supervivientes’, la pérdida de peso en los concursantes es más que notable. Ayer mismo, Ivana Icardi se sometía al veredicto de la báscula, que marcaba casi 14 kilos menos que cuando aterrizó en Honduras, a mitad de febrero. Otra que es más que evidente que ha perdido peso es Rocío Flores, y parece que es algo que le hace invadir su cabeza de dudas.
La hija de Antonio David Flores y Rocío Carrasco (su respuesta a la felicitación de cumpleaños de su hija) les preguntaba estos días a sus compañeras cómo tenía el culo, una parte que parece preocuparle cómo le haya afectado esa bajada de kilos y que, obviamente y hasta que no le ofrezcan un espejo, tiene complicado verse. La encargada de ofrecerle la realidad sobre esa zona, era Ana María Aldón: «Está bien, pero tienes la mitad. Pero no te preocupes que Manuel va a tener donde agarrar».
Con esa duda resulta, lo que sí admitía es que hay una zona de su cuerpo que no le gusta nada. Tras su explicación, ahora podemos entender mejor por qué esas primeras semanas no se quitaba la camiseta. No, no era por su tripa sino por su pecho, que tiene intenciones de someter a una intervención a su llegada a España y tras haber hecho caja en el ‘reality’.
«Yo me voy a operar el pecho. No me gusta. Lo voy a hacer sí o sí se ponga quien se ponga por delante. Una talla más quiero», manifestaba antes de que Ana María intentara quitarle la idea de la cabeza, porque, a su entender, está más que servida. Pero, ante la insistencia de la joven, la mujer de Ortega Cano terminaba por zanjar que sería «la próxima Yola Berrocal«.
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