Anoche, tras dos meses alejados del foco mediático, Meghan Markle y el príncipe Harry volvieron a pisar suelo británico para acudir a la entrega de los Premios Endeavour en Londres. Una esperada reaparición que mantuvo expectante durante horas a Reino Unido y en la que la royal volvió a acaparar todas las miradas gracias a su atrevido pero acertado estilismo en tono azul, que ha resultado no ser la primera parada que hicieron los duques de Sussex a su llegada a la capital británica.
A través de su perfil oficial en Instagram, los propios protagonistas han compartido una serie de imágenes en las que la podemos ver a la exactriz en una visita hasta ahora desconocida al National Theatre en Southbank, compañía de la que es patrona. Una cita especial que como bien han explicado los de Sussex fue previa a la gala.
En estas nuevas instantáneas podemos ver a la royal enfundada en un espectacular conjunto de dos piezas en color blanco. Un look de estreno que estaba formado por una delicada blusa abotonada con mangas de organza de Topshop y ajustada falda lápiz con abertura frontal y ligero estampado brillante también en esta tonalidad. Markle tan solo añadió sencillas joyas en oro de la firma Missoma, en concreto pequeños aros y colgante con monedas.
Una combinación más informal que la elegida horas más tarde pero igual de acertada y elegante con la que Meghan vuelve a dar una gran lección de estilo.
Tal ha sido el éxito de este estilismo que tan solo unas horas después de publicar estas imágenes, la blusa, en este caso en clave low cost disponible por 40 euros, ha agotado todas sus unidades en la web de Topshop. Un ejemplo más de que el bien llamado ‘efecto Meghan’ sigue intacto.
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