La reina Máxima, gran aficionada a la moda, ha decidido aprovechar su pasión por el sector para conocer de primera mano el proyecto Tini Miracles, una fundación creada por una holandesa que ayuda a más de un millón de personas a salir de la pobreza a través de la costura. Así, ha compartido la mañana con algunas de las trabajadoras entre patrones y máquinas de coser.
Durante su viaje al país asiático, Máxima ha demostrado personalidad a la hora de vestir, desde el traje de chaqueta rojo con el que descendió del avión,hasta el vestido-capa rosa empolvado inspirado en el estilo autóctono que llevó en el banquete en honor del presidente Ram Nath Kovind, en Delhi. Pero quizás el look más atrevido ha sido por el que se ha decantado hoy.
Se trata de un sencillo vestido azul asimétrico, cortado por la rodilla con pequeño volante en la falda y manga corta que tiene un detalle muy sensual: la anilla fruncida que une las dos piezas del vestido, dejando ver un poco de piel. La ‘royal’ ha combinado este diseño con un pequeño tocado de plumas, pendientes de borlas en tonalidades azules, sandalias y clutch con estampado animal. Máxima ha demostrado una vez más que no hay tendencias prohibidas para la realeza.
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