Entre la multitud de fenómenos extraños que nos están brindando las primeras semanas de este 2021 hay una historia que nadie, ni los más expertos futurólogos, habrían podido predecir: el descubrimiento y posterior escándalo provocado por la falsa nacionalidad española de Hilaria Baldwin.
¿El motivo? Que después de décadas presumiendo de haber nacido en Mallorca y de haber residido en nuestro país hasta que tuvo 19 años, en realidad lo hizo en Boston. Y no solo eso. La historia de que su madre era de ascendencia española también era mentira. De hecho, sus dos padres son profesionales anglosajones de clase alta que sí se vinieron a vivir a la isla, pero solo un año antes de que ella y su marido Alec Baldwin se conocieran.
Por supuesto, en cualquier lugar del mundo esto no pasaría de ser la típica mentira piadosa para hacerse la especial. Lo que hace todo el mundo en redes sociales, solo que llevado un poco más allá. Pero en Estados Unidos la apropiación cultural es un tema muy serio y muy delicado. De ahí que este turbio asunto ya esté teniendo graves consecuencias no solo para Hilaria, sino también para el resto de su familia.
Y es que si hace unas semanas nos enteramos que una famosa firma de productos para bebé que Hilaria promocionaba de vez en cuando en sus en redes sociales había rescindido su contrato de colaboración con ella; ahora es su esposo el que ha tenido que tomar una drástica decisión para evitar que los ataques que su mujer sigue recibiendo acaben afectándole más de lo deseado.
Así lo acaba de anunciar el propio actor, que estableciendo cierto paralelismo con Donald Trump, el personaje que lleva imitando cuatro años con mucho éxito en el programa Saturday Night Live, abandona Twitter de manera indefinida. Eso sí, a él no le ha cerrado la cuenta la propia empresa como sí han hecho con el magnate, sino que ha sido él el que ha elegido irse hasta nuevo aviso.
“Twitter es como una fiesta en la que todo el mundo está gritándose. Vamos, lo contrario a una fiesta. Así que por ahora, adiós”, era el mensaje de despedida con el que Baldwin sorprendía hace unas horas a su millón de seguidores. Esperemos que cuando las aguas se calmen, es decir, cuando el mundo se olvide de la falsa identidad de Hilaria, vuelva. Al fin y al cabo, ningún escándalo es para siempre.
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