Ya hemos hablado de que la exposición a la que se ha sometido Carmen Borrego desde que decidiera dar el paso desde detrás de las cámaras hacia debajo del escrutinio del foco le ha pasado factura. Son muchos titulares los que protagoniza. Muchas especulaciones sobre su vida. Y muchas críticas, la mayoría de ellas desde el plató de sus excompañeros de ‘Sálvame’.
Y no puede más. Ya advirtió el pasado domingo que no va a entrar en guerras. Que no piensa responder a todo lo que se dice de ella desde otros foros, porque es algo por lo que ya ha pasado su hermana, Terelu Campos, y no piensa dedicar ni un minuto a ello. Sobre todo, por respeto a su familia y por su salud. La mental por encima de cualquier otra….
O eso es lo que se desprende de las últimas informaciones. Su entorno está preocupado, porque todos estos ataques a los que ha tenido que hacer frente en muy poco tiempo, están pasando factura en su estado anímico, provocando que su entorno cercano haya encendido las alarmas ante una posible caída en la depresión.
Es curioso que, quien ofreciera los detalles este lunes fuese Kiko Hernández, uno de los que más ha cargado las tintas contra ella. «Carmen ahora no se encuentra bien psicológicamente«, era la sentencia tajante con la que introducía el tema ante los telespectadores de Telecinco. Y daba detalles concretos de ese desánimo de Carmen, que ha cambiado su actitud en su puesto de trabajo de manera más que evidente.
«Le decían: ‘Pero habla’. Matamoros intentaba tirar de ella y de la entrevista… Le decían: ‘Di algo, pero algo tendrás que decir’, y ella: ‘No, no, no’. Eso te tiene que dejar incapacitado, porque ella está precisamente en el programa para hablar», relataba sobre una situación concreta vivida en el plató de ‘Viva la vida’ y que parece haberse convertido en la tónica general de su actitud.
De hecho, cuando el pasado domingo explicó que ya no iba a manifestarse al respecto de las críticas que recibía, desde el programa de Mediaset en el que colabora pensaban que iba a anunciar que dejaba su trabajo. Que tiraba la toalla. Por el momento, va a intentar continuar, pero si no es capaz de coger la situación por los cuernos, no se descarta una medida más drástica para intentar encontrar la paz en su vida.
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