¿Dónde quedaron esas imágenes en las que salía a hombros y las mujeres le tiraba su ropa interior? ¿O esas en las que copaba las portadas por si vida privada y vendía ejemplares como churros? Los tiempos en los que la popularidad de Jesulín de Ubrique estaba en su punto más alto, han pasado. A nadie se le escapa.
Hoy, el diestro cumple 46 años. Lo hace convertido en un perfil bajo dentro de esa prensa del corazón que, antaño, le dedicaba titulares por cada uno de sus movimientos. Jesulín ha cedido el peso de la fama matrimonial a su mujer, María José Campanario, cuyos ingresos hospitalarios de los últimos años, son los que han despertado el interés de la prensa.
En estos tiempos, hemos asistido a un declive mediático de quien fuera uno de los diestros más importantes de nuestro país, y no solo el foco en la salud de su mujer tiene la culpa. También hay parte de responsabilidad en su retirada de los ruedos, con pequeñas apariciones esporádicas y testimoniales.
A esto hay que sumarle el silencio de Belén Estaban, que ha ejercido también de verdugo de esa figura pública que fue el de Ubrique y que no parece vaya a volver a ser. La que fuera su mujer ha optado por no entrar al trapo en las provocaciones que le llegaban desde Ambiciones. Tan solo dejando claro que, desde hace años, la hija que tienen en común no recibe una llamada de su padre. Una sentencia que no ha hecho sino hundirle más y apartarle de los focos.
Si esta es o no la vida que quiere Jesulín, feliz en su finca con su ganado, es algo a lo que solo puede responder él. Es cierto que, las recaídas de su mujer y los rumores de continuas crisis en el seno de su matrimonio, no le han favorecido para nada. Tampoco en lo físico.
Jesulín soplará las velas de su tarta desdibujado como personaje público y de la prensa del corazón que, en sus comienzos, le aclamaba.
Fuente: Leer Artículo Completo