El pasado jueves 1 de julio marcó lo que habría sido el 60º cumpleaños de la difunta Diana, Princesa de Gales. Para conmemorar la ocasión, los hijos de Diana, Guillermo y Harry, se reunieron para inaugurar una estatua conmemorativa de su madre en el Sunken Garden del Palacio de Kensington. Pero, ¿cuál fue la razón fundamental del atuendo que se eligió para inmortalizar en la escultura?
La estatua fue creada por Ian Rank-Broadley, el escultor favorito de la realeza conocido por su trabajo en las monedas británicas yel Monumento a las Fuerzas Armadas. Esta muestra a Diana de pie entre tres niños, vestida con una elegante camisa y falda lápiz y con un cinturón ancho. Un comunicado del Palacio de Kensington afirmó que la figura “está rodeada por tres niños que representan la universalidad y el impacto generacional del trabajo de la princesa”, mientras que “el estilo de vestimenta se basó en el período final de su vida cuando ganó confianza en su rol como embajadora de causas humanitarias y tiene como objetivo transmitir su carácter y compasión”.
Sin embargo, el atuendo no parece ser imaginado, sino que se parece mucho al que usó la fallecida en una fotografía que usó en su tarjeta de Navidad de 1993. Desde los estrechos detalles de pliegues en la camisa hasta la gran hebilla del cinturón, la similitud con el atuendo en la nueva escultura es evidente. Fue una imagen particularmente significativa, dado que era la primera tarjeta de Navidad de Diana después de su separación del príncipe Carlos, y mostraba a la princesa sola con sus hijos, los jóvenes príncipes Guillermo y Harry, en lugar de los cuatro miembros de la familia.
Enviar tarjetas de Navidad ha sido durante mucho tiempo una tradición de la familia real. En el típico estilo de Diana, la princesa claramente no vio ninguna razón para sentir que su separación de su esposo debería excluirla de la costumbre. En su lugar eligió celebrar su amor por sus dos hijos, y su fuerza e independencia como mujer, con la dulce fotografía. La conmovedora imagen presenta a la princesa y sus hijos en un cuadro tranquilo, claramente a gusto y contentos en la compañía del otro, transmitiendo una sensación de afecto y apoyo mutuos.
Al tener en cuenta que los príncipes Guillermo y Harry estuvieron estrechamente involucrados en la génesis de la nueva escultura, eligiendo especialmente a Rank-Broadley para el encargo, no parece una coincidencia que el atuendo de Diana sea uno que lleve recuerdos tan personales para los hermanos. Si bien la estatua tiene como objetivo presentar a Diana en su calidad de figura que fue respetada y amada por muchos, también parece un guiño a su papel más personal como madre de dos niños que la conocieron como nadie más, y sin duda la sienten la pérdida agudamente hasta el día de hoy.
Artículo original publicado en Tatler y traducido por Lorena Murga La Rosa. Acceda al original aquí.
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