Con 14 y 12 años, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, han demostrado estar sobradamente preparadas para el futuro de España y el papel que les toque desempeñar. Aunque haya tenido que ser en días de incertidumbre total para el país. No sabemos de quién ha sido la idea de que hablaran en público para lanzar un mensaje a los más jóvenes que, como ellas, llevan confinados treinta y pico días en casa sin poder salir. Pero ha sido el momento idóneo en medio de la guerra que estamos entre todos intentando vencer.

Su papel era necesario. Al igual que el de sus padres en duras ocasiones pasadas. La infancia está acusando mucho la pandemia y los efectos colaterales del confinamiento. Ellas, con su naturalidad y su cercanía, han dado una lección a muchos jóvenes de su edad que serían incapaces de hablar en público. Y dudo que muchos hayan leído ‘El Quijote’ a estas alturas.

Por muchos privilegios que creamos que tienen pesa más la responsabilidad. Y aunque sus padres se están encargando de que tengan una infancia lo más normal posible, en ocasiones como esta, la sangre tira. Leonor ya nos había encandilado con su inglés, su sonrisa y ahora lo ha hecho Sofía, que ha dejado sin palabras a aquellos que pensaban que por estar en un segundo plano no estaba preparada o era más tímida. Ha demostrado que sabe lo que es el papel de Infanta sin por ello dejar de querer y proteger a su hermana. Algo que es recíproco.

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