Confidencias: adiós, Blanca

Tenía todas las distinciones deportivas que le podían ser otorgadas, había hecho historia en el esquí español a nivel olímpico y nadie había conseguido arrebatarle nunca ese mérito. Hacia años que su rostro pasaba desapercibido mediáticamente. No es fácil pasar de la gloria al olvido. Pobre Blanca si hubiera visto el despliegue mediático que ha conllevado su desaparición y aún más el cariño de la gente que se ha volcado durante días en su búsqueda. No se lo creería. Somos un país al que le gustan mucho los sucesos, y más aún cuando tienen el mínimo halo de misterio.

Nadie sabía lo que le pasaba a Blanca, solo su familia, y a veces hasta uno duda cuando les ha oído hablar y dar versiones contradictorias de detalles íntimos que no vienen al caso, pero a los que los medios nos aferramos para ser más investigadores que la propia Policía. Su hermana, sus hijos y sus cuñados han demostrado una entereza y una educación ante la adversidad como si ellos hubieran sido también deportistas de élite.

Todo el mundo la recuerda con su eterna sonrisa

Ahora se harán muchas preguntas, sobre todo cuando la investigación, al cierre de esta edición, aún sigue su curso. Estaban a punto de cumplirse 13 años de la muerte de su hermano Paquito, que también murió en Cercedilla, aunque no en la montaña. Esas casualidades algún día sabremos si existen.

Todo el mundo la recuerda con su eterna sonrisa y luchadora frente a la adversidad, tanto en momentos personales como en cuestiones laborales. La mujer que mejor conocía la montaña se subió a lo más alto, como no podía ser de otra manera, para decir adiós. DEP.

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