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El nuevo cisma en la familia Campos ha abierto una brecha cuando todos pensaban que se estaban dando pasos para volver a llevarse todos bien. A pesar de Carmen Borrego parecía tener bastante con la polémica con su hijo, ahora un nuevo drama ha llegado a la familia de mano de una ‘bomba’ de Kiko Hernández: este martes, la información de que unas supuestas grabaciones a la familia podían ver la luz hacía que Carmen perdiera los papeles y dejara el plató de ‘Sálvame’ entre lágrimas poco después de empezar, y es que la información era dura de digerir: la supuesta traición podía venir del entorno de Gustavo -el chófer y ayudante de confianza de María Teresa Campos-, y concretamente de Ainhoa, su novia.
Más calmada y con algo más de energía, este miércoles Carmen ha vuelto al plató para tratar de dar algunas explicaciones y para enfrentarse a todo lo que tenía por delante, y es que ha llegado serena confirmando que mantiene su confianza en todo el entorno, y éste le ha dado todo su apoyo: «Mi madre, mis hijos, mi hermana, mi sobrina y Gustavo», ha enumerado, y que en todo caso ella no se siente responsable de nada, sino «una víctima». Carmen también ha confesado que ‘sigue hablando con Gustavo’ a día de hoy.
Al parecer, estas grabaciones servirían, tal y como contó Kiko según la información que le pasó su compañera Belén Ro, «para que el día que no esté María Teresa Campos Gustavo pueda hacerse varios reportajes». Por lo visto, «más de 1000 horas de grabaciones» (aunque la expresión podría tratarse de una exageración para referirse a «muchas grabaciones», como rectificaba al día siguiente) de toda la familia en las que habría confesiones de todo tipo, y situaciones en las que habría habido conversaciones subidas de tono y calificativos fuera de lugar. A pesar de esto, Carmen ha decidido cerrar filas con sus allegados y confiar en todos, aunque este martes reconocía que, de ser cierto, sería el «peor puñal» que podían clavarle a su madre.
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