El príncipe Andrés está comprobando cómo retirarse de la vida pública no es suficiente para ponerse a buen recaudo del escándalo, por su relación con Jeffrey Epstein, que está protagonizando y que tendría considerablemente disgustada a su madre, la reina Isabel II, de puertas para adentro.
Pero, mientras lavan los trapos sucios en casa. Buckingham Palace sigue dando la cara por él. El pasado lunes, la BBC emitió un documental sobre el Caso Epstein y, entre los testimonios que recogían, se encontraba el de Virginia Roberts, la mujer que sigue insistiendo en que el príncipe Andrés abusó de ella siendo menor de edad, y que solo ambos saben la verdad y ella está contándola al mundo.
Ayer por la tarde, desde la casa real británica volvían a cerrar filas en torno al miembro de su familia. En las líneas que han remitido a la revista ‘Hello!’ para su difusión, niegan «enfáticamente que el duque de York haya tenido algún tipo de contacto sexual o relación con Virginia Roberts. Cualquier afirmación en contra de esto es falsa y carece de fundamento».
«El duque de York lamenta inequívocamente su asociación mal juzgada con Epstein. Su suicidio dejó muchas preguntas sin respuesta, particularmente para sus víctimas. El duque simpatiza profundamente con aquellos afectados que desean cerrar la etapa. Es su esperanza que, con el tiempo, puedan reconstruir sus vidas», continúa ese comunicado que pretende ayudar al príncipe Andrés de cara al pueblo.
«El duque está dispuesto a ayudar con cualquier investigación si fuera necesario. El duque ya ha declarado que no vio, presenció o sospechó ningún comportamiento similar al que condujo al arresto y condena de Jeffrey Epstein. Lamenta la explotación de cualquier ser humano y no aprobaría, participaría o alentaría tal comportamiento», concluyen tajantes.
En las últimas horas, además de las palabras de Virginia en la misma cadena que emitió esa entrevista con el duque de York que no hizo sino minar aún más su imagen, se ha relacionado a otro miembro de la realeza europea con Epstein. Concretamente, a Mette-Marit de Noruega, que ya ha advertido que las reuniones que mantuvo con él entre los años 2011 y 2013, no se habrían producido jamás de haberse informado de quién era y qué había hecho.
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