Si hay alguien que represente con fidelidad lo que es ‘Sálvame’ (aparte de su presentador, Jorge Javier Vázquez), esa es Belén Esteban (así han cambiado ella y sus compañeros desde que comenzara el programa). La colaboradora, guste más o menos su estilo o su manera de expresarse, es el gran estandarte del programa que, desde hace tiempo, se ha convertido en el estandarte de la parrilla de programación de Telecinco.
Así que, a nadie le extrañó que, la semana pasada, desde la productora y la cadena anunciaran que sería ella quien recogiera el galardón que les había otorgado los Premios Iris por los 10 años de entretenimiento en antena. Y sus compañeros, por supuesto, se alegraron. Aunque no tanto como ella.
«Tengo el placer de recoger el prestigioso Premio Iris de la crítica 2019 concedido al programa @salvameoficial. ¡Ahí estaré en representación de todos mis compañeros! Enhorabuena por estos 10 años a la familia Sálvame!», escribía Belén en su cuenta de Instagram agradeciendo el honor que le habían hecho.
Ayer era el día. Acompañada por uno de sus fieles escuderos en el programa, Kiko Hernández, subía al estrado para que le hiciesen entrega de la estatuilla. «Como no estamos acostumbrados, he traído una chuleta«, comenzaba, lanzando la primera ‘pullita’ sobre lo poco reconocidos que están, a pesar de sus audiencias millonarias. Era solo el comienzo de sus reivindicaciones.
«Gracias a todos los críticos de televisión que habéis apostado por darnos este premio Siempre se nos exige más y eso nos hace mejores y más fuertes. Darnos un premio a nosotros es un milagro», era el segundo golpe directo. La de Paracuellos del Jarama, demostraba que, igual que por su hija, por ‘Sálvame’, ma-ta.
Por fin se premia a la televisión popular»
«Han tenido que pasar 11 años para que la Academia de la Televisión nos reconozca algún mérito. Ganamos el Premio Iris igual que las votaciones se ganan en el Congreso… porque los diputados no van. Por fin se premia a la televisión popular, la que entretiene a la mayoría de la gente y ayuda a relativizar los problemas. Estamos muy orgullosos de estar aquí. Sé que nuestro programa os resulta casi siempre intrascendente, pero regala compañía. Se lo dedico a nuestros fieles espectadores, que llevan años haciéndonos líderes», pronunciaba rotunda, pero sin evitar emocionarse en ese tercer machetazo.
La Esteban tenía el cuarto ‘zasca’, con el que cerraba su intervención: «A muchos de los presentes no les gustamos, pero vosotros a nosotros sí. Os invito a nuestra casa para que nos conozcáis de cerca y disfrutéis de nuestra manera de hacer tele».
Por si fuera poco, tras la gala, colgaba una foto de familia con varios de sus compañeros, el premio en la mano y un texto sencillo, pero contundente: «Orgullosa de mi trabajo». La princesa del pueblo no lo puede decir más claro…
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