El príncipe Harry y Meghan Markle pasarán las Navidades lejos de Sandrigham, en donde la familia real británica celebrará las fiestas en amor y compañía. A pesar de la polémica que los duques de Sussex sabían que generaría esta ruptura de la tradición real, la pareja volará junto a su hijo Archie a Estados Unidos para relajarse durante unas semanas en compañía de la madre de la royal, Doria Ragland.
Podría ser casualidad, pero lo más probable -teniendo en cuenta que Harry reconoció que se había distanciado de su hermano- es que la pareja quiera marcar distancias con una manera de vivir con la que cada vez está más en desacuerdo. De hecho, los duques de Sussex han hecho todo lo posible para que Archie viva una infancia corriente y el príncipe no quiso que su hijo tuviese una niñera al uso. “Una de las cosas que Harry dijo fue, ’No quiero una mujer con uniforme para mi hijo. Esto no es Mary Poppins. Vamos a tener una casa normal”, le contó el experto en realeza Omid Scobie a Yahoo’s Royal Box.
Una decisión que dista de la que tomaron el príncipe Guillermo y Kate Middleton, que sí tienen una niñera con uniforme para cuidar de sus tres hijos, la española María Teresa Turrión Borrallo.
Además, la niñera de Archie tampoco vive en Frogmore Cottage y el niño tiene una relación muy cercana con sus padres. “Meghan lo coge mucho pero la nueva cuidadora es una maravilla. Se lleva genial con Archie y lo quiere mucho. Harry y Meghan están muy contentos”, le contó una fuente cercana a los royals el pasado septiembre a The Sun.
También, gracias a Scobie, sabemos que Archie -que nació el pasado mayo- está siendo destetado y que el niño está comiendo productos orgánicos, frescos y de temporada. Probablemente preparados por sus padres; al menos, siempre que sus compromisos se lo permiten.
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