La modelo Ashley Graham dio a luz a su primer hijo el pasado mes de enero y desde entonces no ha dudado en compartir en redes sociales como está siendo su vida tras convertirse en madre. Un testimonio que, lejos de estar idealizado, ha querido mostrar que el postparto y la crianza son un periodo lleno de luces y sombras.
Ahora, Ashley ha protagonizado su primera portada tras dar a luz: una sesión de fotos realizada por su marido, Justin Ervin, y una entrevista con la edición británica de Harper’s Bazaar en la que no ha dudado en contar sus sentimientos y abrir su corazón. La modelo ha admitido que, aunque es una de las abanderadas del movimiento body positive, no pudo evitar luchar contra los cambios físicos que experimentó después de descubrir que estaba embarazada.
«Esa fue la parte más salvaje. Pensé: ‘¿Qué pasa con las cosas que me he dicho a mí misma? ¿Qué pasa con las afirmaciones por las que he pasado?’, ha explicado Graham. «Nada de esto importaba porque mi cuerpo estaba cambiando muy rápidamente. Realmente me llevó algo de tiempo resolverlo mentalmente, porque era como si hubiera un extraterrestre tomando el control de mi cuerpo», ha utilizado Ashley como metáfora, explicando al mismo tiempo que estaba emocionada con su maternidad y sabía que iba a ser una gran madre.
Ashley Graham también ha recordado el momento del parto, en el que su marido, Justin Ervin, quería ayudar en todo lo posible pero la matrona le dijo: «¡No hay nada que puedas hacer, nada! Estaba en la piscina y miré para verlo en la cocina cortando carne y agregando condimentos, porque era todo lo que podía hacer…», ha compartido Ashley. De la misma manera ha explicado que sin el apoyo de su marido y las matronas nada habría sido igual, por eso está haciendo campaña contra los estrictos protocolos de coronavirus que se están llevando a cabo en los hospitales, que en muchos casos requieren que las mujeres estén solas mientras dan a luz.
La modelo ha pasado la cuarentena junto a su marido, su madre y su hijo en el estado de Nebraska, donde nació, lejos de Nueva York y disfrutando de la naturaleza. Un lugar perfecto desde donde ha podido seguir trabajando y disfrutando de los primeros meses de su hijo: «El lado positivo es tener todos estos momentos increíbles y especiales con Isaac, y la nostalgia de estar con mi hijo en la casa en la que crecí. He tenido tiempo para concentrarme y estoy muy agradecida», ha revelado. Y no ha querido dejar de mandar un mensaje a su pequeño desde las páginas de la revista: «Cada vez que estoy aquí, recuerdo los valores que mi madre me inculcó y que espero enseñarte: confía en tu fe, siempre trata a las personas con amabilidad, generosidad y respeto, y practica la gratitud todos los días».
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