Angelina Jolie tiene claro que no hay fondo de armario capaz de resistirse a un vestido negro. De todas las prendas atemporales imprescindibles de cualquier vestuario, la actriz confirma que esta tipología de prenda, junto a las camisas blancas y los jeans, se impone como aliada imprescindible de cualquier vestuario fashionista y es un comodín perfecto para llevar tanto en looks invernales como en los más estivales. Así lo ha demostrado en una de sus últimas apariciones por las calles de Los Ángeles, ciudad en la que se dejó ver acompañada de David de Mayer Rothschild para disfrutar de un almuerzo.

La actriz escogió para esta ocasión un elegante diseño en clave minimal de canalé con el que demostró que poco más se necesita para destilar elegancia. Apostó, concretamente, por una pieza ajustada al cuerpo de cuello redondo y manga corta con volante, con ligero efecto cola de sirena desde la rodilla hasta los pies, siendo más holgado en el bajo.

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Lo más llamativo de este atuendo fue uno de los detalles que incluye en los laterales, en la zona del costado. El vestido de Angelina Jolie presenta dos cut-out originales que consiguen convertirlo en una apuesta ideal y muy versátil para llevar tanto en el día a día, como también en ocasiones más formales, ya que queda bien tanto con unas sneakers, como con la elección que la intérprete ha escogido para esta ocasión, unos zapatos de salón de tacón fino.

Siendo fiel conocedora de las tendencias, Jolie decidió elevar todavía más su conjunto añadiendo unos discretos pendientes plateados y unas gafas de sol grandes con ligera silueta mariposa. Una apuesta sofisticada y elegante con la que continúa confirmando su impecable estilo.

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