Uno de los problemas de piel más comunes es la rosácea. Es una enfermedad de la piel cuyos síntomas consiguen que ésta se enrojezca a menudo, que aparezcan ocasionalmente protuberancias, capilares visibles, hinchazón facial, ardor o sequedad. Más aún cuando se producen cambios de temperatura drásticos.
Si la padeces, sabemos de lo que estamos hablando. Ir a un local cerrado y notar cómo tu piel se está poniendo colorada, salir de la ducha y sentir que tu cara te quema o granitos que parecen espinillas y a menudo y aparecen y desaparecen con la misma frecuencia.
Si llevar una rutina de cuidado facial es una tarea que requiere tiempo, paciencia y conocimiento, establecer una rutina de limpieza facial con rosácea multiplica el doble su complejidad ya que los tratamientos a usar no pueden ser los mismos que si tu piel no tuviera este problema. Por ese motivo debes acudir a un dermatólogo que te indique cuáles son los productos más adecuados para tratar tu piel, ya que la rosácea es algo crónico que por temporadas se manifiesta y en otras parece no existir. Además, es tan impredecible que hasta puede que aparezca cuando menos te lo esperas.
Causas y tratamiento de la rosácea
Lo que sí está claro es que si eres de las que sufren de rosácea, existen algunos factores que debes evitar si su intensidad es alta: el consumo de alcohol, la exposición al sol y a temperaturas extremas, el ejercicio muy intenso, las comidas picantes e, incluso, algunos, factores psicológicos como el estrés, que ya sabemos, son el primer eco físico de tu bienestar emocional.
Las causas de la rosácea son por el momento desconocidas, pero su definición está clara: la rosácea es una condición inflamatoria que deteriora la barrera cutánea como fruto de la colonización por microorganismos.
Entonces… ¿qué puedes hacer para tratar la rosácea en tu rutina de cuidados faciales? Lo primero, como ya te hemos dicho, será acudir al dermatólogo. Lo segundo, interiorizar que en este caso cuantos menos productos apliques sobre la misma, mejor será el resultado sobre tu piel.
Además, al despertarte deberás apostar por un limpiador suave y un humectante ligero antes de aplicar tu protección solar mineral. Sí, este último paso es esencial. También para evitar el enrojecimiento y la irritación te aconsejamos que no uses productos con alcohol o fragancias.
Si además quieres añadir un plus a tu rutina de cuidados faciales, el ácido hialurónico así como las ceramidas rehidratarán tu piel. Mantenerla siempre hidratada es fundamental ya que, cuánto más seca esté, más se acentuará el picor.
Es posible que estos tips no te resulten suficientes. En este caso pide a tu doctor que te recete tratamientos con ingredientes más fuertes para que puedas intentar reducir los síntomas en cuanto aparezca. El ácido azelaico tópico, los antioxidantes y los polihidroxiácidos pueden ser tus aliados, pero recuerda: nunca los uses sin preguntar antes a tu médico. Son más potentes que los anteriores y por ello requieren una vigilancia mayor.
Intenta siempre usar productos de farmacia y seguir las instrucciones a rajatabla. Puede que te la hayan diagnosticado de pequeña, puede que te haya salido este año o que ni siquiera la tengas. Pero si es así, ahora ya sabes lo que debes hacer.
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