Sombra aquí y sombra allá, maquíllate, maquíllate… que cantaba Mecano y que desde aquí apoyamos, porque un buen maquillaje puede hacer milagros para quitarte esa cara de cansada o deslumbrar en la boda de tu amiga, así que empléate a fondo y evita resolver el asunto con un par de brochazos.
Conocer muy bien cada ángulo de tu cara, saber qué tienes que destacar y qué defectos corregir o disimular es básico, pero si no conoces cuáles son las brochas y los pinceles que debes usar ni cómo manejarlos te será algo más complicado conseguir el resultado que buscas.
No importa si en el colegio no se te daba bien la pintura, con esta masterclass urgente quizá no puedas vender una obra de arte, pero saldrás sabiendo dibujar… al menos una sombra de ojos. Este es el estuche básico que conviene que tengas en el baño para salir del paso y poder hacerte tanto un maquillaje natural como uno de fiesta.
• Pincel biselado, firme, corto y plano.Si por el otro lado tiene un cepillo, mejor que mejor. Ya habrás adivinado que se trata de un pincel para definir las cejas y rellenarlas.
• Brocha plana, tupida y de flexibilidad media. Es la que te permitirá extender la base de maquillaje y que quede uniforme.
• Brocha mofeta. No suena bien, pero es fundamental. De pelo abundante, suave y largo es la que necesitarás para poner color a tus mejillas y que se integre bien con el maquillaje. Si tiene una forma en diagonal, mejor para hacer la forma de la manzana y el difuminado en el pómulo.
• Brocha extragruesa, de cerdas suaves y con forma abovedada. Te servirá para los polvos suelos, para los bronceadores y para hacer contouring, si te atreves…
• Pincel pequeño, suave y denso. Con él podrás depositar la sombra en el párpado móvil.
• Pincel pequeño, firme y con forma redondeada. Úsalo como matizador, para dar profundidad a tu mirada, destacando con una sombra más oscura el pliegue del párpado superior y la esquina exterior del ojo.
• Pincel superfino y en punta. Se usa para aplicar el eyeliner (por fuera del ojo, claro) y enmarcar la mirada.
• Pincel pequeño, plano y duro. Vale, no es superimprescindible, pero si en lugar de aplicarte la barra de labios tal cual, te pones el carmín con este pincel conseguirás un resultado más natural y, además, podrás prescindir del perfilador.
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