Por qué la alopecia es una de las secuelas de la Covid-19

A medida que van pasando los meses y que vamos conociendo información en profundidad sobre la Covid-19, son más los efectos secundarios que salen a la luz. Fatiga, ansiedad, depresión, insomnio… Una larga lista a la que ahora debemos añadir uno más, hasta ahora desconocido para la sociedad, la alopecia.

Durante las últimas semanas, son muchas las investigaciones que han salido a la luz sobre la relación entre alopecia y la Covid-19, concretamente sobre si esta pérdida del cabello podría ser un agravante de la enfermedad. Todavía no hay evidencias científicas sobre ello, pero según explica el doctor Javier Pedraz, director médico de la clínica Insparya, esta situación podía ser provocada por el estrés tanto físico como psicológico generado por el virus. «El estrés puede venir derivado de múltiples causas, muchas de ellas difíciles de identificar, pero lo que sí se ha demostrado es que una de sus consecuencias es la pérdida del cabello», explica Pedraz.

Este habitual sentimiento de tensión física y emocional «puede provocar un aumento de la adrenalina que se eleva en sangre, y si este aumento es mantenido en el tiempo, puede provocar un aumento del cortisol«. Se trata de una hormona que provocaría la disminución de la circulación sanguínea y como consecuencia «una incorrecta absorción de nutrientes y agua por parte del cuero cabelludo y los folículos pilosos». Como consecuencia, según manifiesta Javier Pedraz, el cabello se debilitaría más de lo que es habitual en estas fechas otoñales y provocaría que los pelos que estén en fase anágena pasen a telógena, lo que quiere decir que repentinamente se caigan.

¿Por qué se produce esta situación?

Ante situaciones de amenaza, como puede ser la provocada por la Covid-19, nuestro cuerpo actúa de forma natural y protege aquellos órganos vitales frente a otros. «Las células encargadas de ofrecer nutrientes a nuestro cabello migran a otras zonas donde son necesitadas», explica Pedraz.

En principio se trata de una caída temporal, lo que significa que tras el periodo de estrés podrá recuperarse el cabello, aunque según informa el doctor, «puede tardar de 3 a 4 meses». Además, Pedraz resalta que es necesario superar ese estrés, de no ser así, la situación puede prolongarse demasiado en el tiempo y conseguir que esta «alopecia sea irreversible». Más allá de pedir ayuda a un especialista desde el primer momento, el doctor anima a quienes sufran estos brotes a utilizar productos específicos para el cuidado del cuero cabelludo, así como tratamientos para prevenir la caída.




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