Pronosticamos que en cuanto leas este artículo incorporarás para siempre a tu vocabulario la palabra retinol, que habrás oído mil en los anuncios de cosmética. Y no solo eso, si tienes más de 35 años, nos aventuramos a prever que repondrás los estantes del baño con un producto que contenga retinol.
Quizá no tengas muy claro qué es, pero aquí estamos nosotras para que te manejes con unas nociones básicas. El retinol es un activo derivado de la vitamina A que se conoce y se usa en cosmética desde hace más de 30 años, pero tenía dos problemas que hacían temer su uso, su inestabilidad y su alta capacidad de irritación. Afortunadamente, la ciencia avanza que es una barbaridad y esos dos males se han mitigado, pues se ha descubierto que si se formula en aceite se minimizan estos problemas.
En todo caso, conviene empezar por el principio. Debes saber que no es lo mismo el ácido retinoico que el retinol. El primero es una forma más pura y suele estar prescrita por el dermatólogo, así que nos centraremos en el retinol, una molécula menos agresiva pero muy potente. ¿Sus virtudes? Estimula la creación de colágeno y elastina, que se va perdiendo con los años, y que son los encargados de dar firmeza a la piel; repara la barrera cutánea, mejora la textura del cutis, alisa las arrugas y da un aspecto luminoso.
Ahora que ya sabes qué hace, te diremos cómo usarlo. Lo primero que tienes que saber es que hay que ir poco a poco con este ingrediente, aplicándote primero cremas con muy poca concentración para que la piel se adapte y después ir subiendo la dosis de manera progresiva.
Otra cosa que debes tener en cuenta es que este activo es incompatible con el sol, así que la crema con retinol deberás aplicártela solo por la noche. Y por la mañana, siempre, sin excepción, tendrás que retirar muy bien los restos y extenderte una capa de fotoprotector con un índice mínimo de SPF30, porque el retinol es una molécula que se oxida muy rápidamente al contacto con el sol y puede provocar quemaduras y manchas.
Y, una última cosa, si tienes una piel sensible, mejor pregunta a tu dermatólogo antes de aventurarte con los productos que lleven en su composición retinol, pues pueden resultar demasiado fuertes para tu piel y podría causar descamación, enrojecimiento o inflamación.
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