Isabel Preysler es el perfecto ejemplo de cómo encontrar aquello que favorece para convertirlo en una de tus señas de identidad. Además de su estilo, hablamos de su maquillaje que siempre y, casi desde que la conocemos, mantiene inamovibles las mismas líneas maestras.
La pareja de Mario Vargas Llosa sabe muy bien qué le queda bien y con qué no se siente cómoda. Son muchos años expuesta a los focos y a fuerza de verse en los medios ha ido definiendo cuál era la imagen con la que se sentía identificada. Por ejemplo, nunca hemos visto a Isabel Preysler con un color de labios rojo, rosa o cualquier otro que no destaque su tono natural. Tampoco se atreve con sombras de colores. El maquillaje de la socialité es el perfecto referente de cómo conseguir un efecto natural pero altamente favorecedor.
Lo primero que hay que tener en cuenta es las correcta hidratación de la piel. Es la base para lucir este o cualquier otro tipo de maquillaje. Cuando lanzó su línea de cosmética, Preysler reveló que era especialmente rigurosa en el cuidado de su piel. Su rutina de belleza incluye una exhaustiva limpieza del rostro con el tónico, que se llega a aplicar dos veces, como protagonista, "necesito sentir esa sensación de que tengo la cara limpia", contaba entonces. Después aplica crema hidratante y contorno de ojos y labios.
Una vez aplicada la hidratación, para conseguir el maquillaje de Isabel Preysler es importante dar con el tono de base que mejor se funda con nuestra piel. Esa es la clave. Que sea cubriente para tapar las posibles manchas de la piel, pero sin resecar es otro de los factores a tener en cuenta.
La reina del papel couché no recurre a un colorete demasiado marcado, sin embargo, le da todo el protagonismo a la luminosidad, luciendo un rostro brillante. Esto se consigue mediante polvos iluminadores y la técnica conocida como holoblushing, a través de la cual se logra jugar con la luz resaltando los pómulos, esculpiendo así el rostro. Ellecer Prince, maquillador de Guerlain, recomienda aplicar los polvos iluminadores encima del pómulo y en diagonal, "hay que buscar el hueso. El acabado holográfico favorece más cuando se aplica por encima de la mejilla y en diagonal, llegando incluso hasta la zona de las sienes", asegura.
Es preferible evitar que entren en la zona de las ojeras, pues las resaltaría, y se aconseja utilizar dos tonos: el más intenso iría en el centro, mientras que con el más claro difuminaríamos la zona de al rededor.
Isabel Preysler no se queda en el rostro sino que, cuando lleva sus característicos escotes bardot, extiende los polvos iluminadores por todo el escote y los hombros dándole a su piel ese aspecto radiante que la caracteriza.
Después de la luminosidad, sus ojos ahumados son otra de sus claves de maquillaje. Si el acto no lo requiere, Isabel Preysler aplica únicamente rímmel a sus pestañas pero cuando es necesaria una dosis extra de sofisticación, la socialité remarca todavía la mirada con un maquillaje de efecto ahumado, siempre en sombras grises y negras, sin caer nunca en el exceso.
Por último, los labios. La reina de corazones tiene un tono muy concreto en su tocador desde hace años y casa perfectamente con el color natural de sus labios. Le da un punto más de color pero jamás acaparan el protagonismo del look. El suyo es un color nude con brillo para darle una vez más ese aspecto luminoso que luce en su rostro.
¿Su clave? Conocer muy bien su piel para dar con ese tono que realza el color natural sin parecer nunca sobremaquillada.
Artículo publicado en Vanity Fair el 6 de marzo de 2019 y actualizado.
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