Desde que la pandemia por coronavirus cambiase por completo nuestras vidas, la revolución en el sector de la cosmética ha sido imparable. El boom que han sufrido los servicios de manicura y pedicura han hecho sombra a otros servicios estéticos y no parece que esta tendencia vaya a cambiar a corto plazo. El motivo es que durante el confinamiento la mani-pedi se convirtió en nuestro pasatiempo beauty favorito al no necesitar de grandes medios para realizarla.

Es por ello que las manicuristas se han puesto manos a la obra (y nunca mejor dicho) para ofrecer nuevos diseños que necesitan de un toque experto y profesional para un acabado espectacular. Es el caso de una de las tendencias más psicodélicas del otoño: el swirly nail art. Y si todavía no te has puesto las pilas con el inglés (tranquila, no te estamos juzgando), swirly significa remolino. Así pues, las espirales y los trazos curvilíneos juegan un papel fundamental en su ejecución.

Sin embargo, pronto se ha impuesto dentro de este nail art un diseño favorito y ese es el llamado intellectual swirl. La manicurista Anna Miles, instalada en Nueva York, ya realiza en la ciudad de los rascacielos estos diseños que causan furor en California.

«Se llama intellectual porque se lleva a un nivel más avanzado por los variados estampados de animales (tortuga, leopardo y jirafa) y genera una imagen salvaje, pero extremadamente elegante. En esta etapa de la moda y del arte de las uñas, a menudo consideramos que los estampados de animales son neutrales, y nada más lejos de la realidad. La combinación de varios puede elevar tus uñas a un nivel superior», explica Miles.

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