Cómo saber si tu protector solar ha caducado o se ha puesto malo

Este verano es de lo más atípico. La incertidumbre de no saber si íbamos a poder disfrutar de la playa y la piscina durante las vacaciones (imprecisas estas también hasta el último momento) ha hecho que no hayamos preparado nuestro neceser propio del estío como en años anteriores. ¿Te ha surgido una escapada veraniega y no estás segura de si puedes usar el protector solar que aún guardas en el baño? Te explicamos cómo saber si está caducado o si se ha puesto malo.

Al igual que ocurre con el resto de cosméticos, el protector solar también tiene fecha de caducidad y se puede poner malo antes de su vencimiento. El principal problema si esto ocurre es que se vuelve menos efectivo, por lo que el producto no alcanzará la clasificación SPF indicada y esto se traduce en un aumento significativo de la posibilidad de que te quemes o sufras algún tipo de daño solar.

Si el producto que guardas no está abierto, fíjate en la fecha de caducidad que figura en la caja o en el bote o tubo en sí. Y si ya lo has usado con anterioridad debes buscar en el envase la figura de un tarro con la tapa abierta y el número que hay en su interior, que indica los meses en los que es óptimo una vez se ha abierto. Los protectores solares suelen caducar pasados nueve meses o un año después de haber sido usados por primea vez, por lo que es recomendable que te deshagas de ellos una vez ha terminado la temporada.

Además, una vez lo hayas abierto, tienes que asegurarte de guardarlos bien cerrados para evitar su exposición a las bacterias, en un lugar seco y nunca exponerlos a la luz solar. Si no cumples alguna de estas normas la fórmula se puede separar, dejando de ser una emulsión homogénea, puede cambiar su textura y color e incluso también puede oler raro. Si notas alguna de estas anomalías, a pesar de que su fecha de caducidad aún esté vigente, ¡no lo uses!, ya que no solo podría no ser eficaz antes los rayos UV, sino que, además, podría provocarte alguna alteración en la piel.

Por último debes saber que, aunque tanto los protectores solares químicos como los minerales caducan y se estropean, tienes que tener especial cuidado con los primeros, ya que sus fórmulas suelen ser algo más inestables. Contienen ingredientes como oxibenzona, avobenzona y homosalato que pueden oxidarse y volverse menos efectivos. Pero esto no significa que los minerales con óxido de zinc o dióxido de titanio en la etiqueta, no se degraden.

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