Brillo, textura y firmeza: todo en la piel mejora cuando se exfolia correctamente, dice la gurú de los faciales de Londres Anastasia Achilleos. Una de sus devotas clientas es Gwyneth Paltrow, quien asegura en su página de estilo de vida, Goop, que sus cuidados faciales “te cambian la vida”. Es cierto que cuando la piel está limpia, sin exceso de grasa, células muertas ni residuos en los poros, es más receptiva a cualquier tratamiento: las cremas y sueros llegan a capas más profundas, los protectores solares se asimilan mejor y, en definitiva, todas las rutinas antiedad resultan más efectivas. Tal y como asegura la actriz, una rutina de exfoliación regular permite que el cuidado de la piel sea más eficiente y que no solo necesite menos maquillaje sino que este se mantenga uniforme durante más tiempo.
Sin embargo, cuando hablamos de exfoliar la piel hay que considerar un equilibrio muy preciso: “Muy poca exfoliación y la piel comienza a acumular suciedad, contaminación, sudor, autobronceador, maquillaje y pieles muertas, obstruyendo los poros”, dice Achilleos. Demasiada exfoliación, sin embargo, puede dañar la barrera hidrolipídica de la piel, esa defensa natural y necesaria contra los agentes externos. La magia, según esta facialista, reside en exfoliar lo suficiente pero no demasiado. Por eso ha explicado a la actriz cómo realizar bien una exfoliación en casa en cinco pasos:
1. Conoce tu piel
Los distintos tipos de piel reaccionan de manera diferente a la exfoliación. "Las personas con acné deben limitar la exfoliación a una vez por semana y nunca deben exfoliarse sobre un brote”. Las personas con mayor sensibilidad deben probar siempre el tratamiento en una zona pequeña para detectar cualquier efecto no deseado.
2. Exfoliante químico, una vez por semana
Tan importante como la rutina es escoger qué tipo de exfoliante (físico o químico) funciona mejor en la piel de cada uno. Aunque la etiqueta de químico “suena mal”, reconoce Achilleos, esta experta explica que los exfoliantes químicos son en realidad ingredientes naturales imperceptibles a la vista formulados para que funcionen en las capas interiores de la piel. Uno de sus predilectos es, de hecho, el ácido glicólico (un ácido frutal que se extrae de la caña de azúcar, uvas o extractos de remolacha conocido por acelerar el proceso de regeneración de la piel) aplicado de noche: es muy efectivo pero conviene utilizarlo con precaución en altas concentraciones. Hasta un 10%, el ácido tiene carácter hidratante, y es muy oportuno para tratar pequeñas arruguitas. A partir de ahí, es exfoliante. Cuando se trata de porcentajes superiores al 10 (como Goopglow, el exfoliante de Gwyneth Paltrow que contiene un 15% de glicólico) hay que tener en cuenta que se trata de ácidos intensivos y los recomienda una única vez por semana. A partir del 20%, solo un profesional puede prescribirlo.
Otro de los consejos prácticos de la actriz es almacenar los exfoliantes en el frigorífico para evitar que una vez abierto el producto se oxide.
3. Para el día a día: exfoliante físico
Para una exfoliación más cotidiana, a Achilleos le gustan los exfoliantes físicos, aquellos en los que el grano de acción es perceptible a la vista, que eliminan las células muertas por fricción y que suelen ser menos intensivos. Aquí la recomendación es no utilizarlos en la semana que se ha hecho la exfoliación nocturna, mantener una constancia de tres días por semana y hacerlo con un suave masaje. Lo más sencillo es incorporar este ritual al momento de la ducha. La propia actriz ha formulado un exfoliante a base de cuatro minerales microexfoliantes (cuarzo, granate, alúmina y sílice) y un toque de ácido glicólico, en una fórmula infusionada con malvavisco, pero en la farmacia también se pueden encontrar fórmulas efectivas, como 7 Day Scrub Cream Exfoliante Facial Cremoso de Clinique, con partículas de sílice y base al agua.
4. La hidratación es irrenunciable
La hidratación de la piel es clave después de cualquier exfoliación. Achilleos suele calentar unas gotas de aceite facial entre las palmas de las manos y las presiona contra el rostro: "Cuando te deshaces de esos desechos y aflojas las células muertas de la piel, puedes beneficiarte aún más de las fórmulas naturales y orgánicas", dice. Cualquier tratamiento para la piel tiene una penetración más fácil justo después de la exfoliación, lo que hace que su acción sea más poderosa, y los aceites botánicos suelen ser perfectos para la mayoría de pieles. Aquellos con una piel más grasa, pueden añadir un serum de ácido hialurónico (un potente hidratador y humectante) que no contenga aceites.
5. Ponte (siempre) protector solar
Una vez exfoliada e hidratada, la piel está en su mejor momento, dice Achilleos. También para recibir el importantísimo escudo que proporciona el protector solar, al que dermatólogos y médicos estéticos consideran como el mejor tratamiento antiarrugas a largo plazo. Aplicado después de un protocolo de exfoliación e hidratación, además, hace que se deslice con mayor facilidad sobre la piel y que no interfiera en el maquillaje, si se desea añadir después.
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