Las especialistas en diseño de cejas tienen el don de transformar tu mirada con ayuda de unas pinzas de depilar, pero tú puedes provocar una auténtica desgracia con ellas entre las manos; sobre todo ahora que tienes mucho más tiempo libre en casa por causa del coronavirus. Está bien que aproveches el encierro para exfoliar tu piel, aplicarte una mascarilla en cualquier parte del cuerpo que lo necesite -las hay incluso específicas para la vagina– o para poner a punto tus manos y pies; pero ni se te ocurra hacer experimentos con tus pinzas, ni en las cejas ni en cualquier otra parte del cuerpo que tenga vello susceptible de ser atrapado por esta (aparentemente) indefensa herramienta de belleza. Presta atención a los pelitos que te puedes quitar con ellas y cuáles no.
Si ya te ha salido algún vello blanco en la barbilla puede indicar que tus niveles de estrógeno están bajos. Aunque los dermatólogos dicen que la genética aquí tiene mucho que ver; así que fíjate en si tu madre tiene vello en esta zona para ver si es una herencia envenenada que te ha dejado. Si solo tienes uno o dos pelitos blancos no tengas piedad de ellos y elimínalos con las pinzas, después de haberte lavado la cara con agua calentita para abrir el folículo piloso y de haber limpiado las pinzas con agua y jabón, e incluso haberlas higienizado con un algodón empapado en alcohol. Pero si están acompañados de otros oscuros y gruesos, será mejor que acudas a un profesional a hacerte el láser antes de que todos se vuelvan canosos; momento en el que no podrás eliminarlos con esta tecnología, que no es capaz de eliminar vello rubio claro o blanco.
Siempre hemos oído que si te arrancas una cana te saldrán más. Pero esto solo es un mito, ya que cada hebra de pelo nace en un folículo piloso; por lo que si te quitas una cana o se cae de manera natural, en ese folículo solo volverá a nacer a nacer una hebra capilar, no varias juntas. Sin embargo, los expertos desaconsejan esta práctica porque puede dañar al folículo permanentemente y entonces tendrás pequeñas calvas en la cabeza. Tú decide si te quedas con el blanco o si prefieres la calvicie.
No te negamos que los pelitos de la nariz son de lo más antiestéticos, pero en su defensa debemos decir que son los encargados de filtran los gérmenes que respiramos todos los días. Además, si por una casual se te ocurre arrancarte uno verás las estrellas tus ojos se llenarán de lágrimas enseguida… Si te incomodan es mejor que lo cortes, con unas tijeras específicas para cejas o con unos aparatitos que venden para recortar el vello de nariz y orejas. Estos gadgets son poco glamurosos, pero la mar de eficaces y, sobre todo, menos dolorosos.
Muchas veces habrás leído que los lunares con pelo pueden ser malos y que no hay que tocar el vello que hay dentro porque puede hacer que la mancha se vuelva cancerígena. Falso. Pero lo que sí es cierto es que al arrancarte el pelo puedes lesionar dicho lunar, provocando que se irrite, inflame e incluso sangre y se produzca una cicatriz posterior en su interior. Y esto llamará más la atención que un pelo… Al igual que ocurre con la nariz, aquí es mejor cortar que arrancar.
Para depilarse las axilas con pinzas hay que tener muuuuucho tiempo (ahora sería un buen momento, por cierto) y un aguante al dolor casi inhumano. Lo peor de todo: que en esta parte del cuerpo la posibilidad de que se te encarne el vello se multiplica considerablemente. Lo mejor para olvidarte de estos pelos es el láser; pero la cera y la cuchilla siempre serán mejor que arrancarlos uno a uno.
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