La relación de Kiko Matamoros con sus hijos ha estado llena de altibajos en los últimos años. No lo decimos nosotras: ellos mismos se han encargado de airear los problemas surgidos entre las cuatro paredes de su casa. Durante el tiempo en el que estuvo con Makoke, siempre se ha echado en cara a esta que no remara a favor de una reconciliación entre ambas partes.
Ahora, su nueva pareja, Marta López Álamo (su confesión más dura: así superó la anorexia), parece haber conseguido en unos meses lo que su exmujer no hizo en dos décadas de relación. Ha sido él quien ha puesto en valor el papel de la modelo como mediadora en ese conflicto con sus vástagos, reconociendo que ha sido una pieza clave para limar asperezas y dejar atrás las rencillas del pasado.
Era en el plató de ‘Sálvame’ donde el colaborador reconocía: «Makoke es mi pasado y tengo un presente. Ahora tengo bastante relación con mis hijos, sobre todo desde que estoy con Marta, que me ha ayudado bastante con esto». Unas palabras que llegan una semana después de que asegurara en ‘Viva la vida’ que tenía que haberse separado de la que fue su mujer mucho antes, en cuanto comenzaron los primeros problemas.
«Marta no me prohíbe nada y quiero ser respetuoso con ella», añadía antes de que su compañera María Patiño subrayara que se ha notado un cambio en el carácter de Kiko desde que empezara con la joven: «Desde que está con Marta está más feliz, se te ve tan relajado, es algo tan obvio… Todos lo notamos».
Tras romper con Makoke, Matamoros tuvo un breve romance, que duró unos meses, con Cristina Pujol. Casi de manera encadenada, nos enterábamos que había caído rendido a los encantos de López Álamo, que está demostrando tener una sobrada madurez a pesar de su juventud. Quizás, esa sea la clave para que la diferencia de edad no pese entre ellos.
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