Blanca Oteyza es una artista muy reconocida y prestigiosa, vinculada a su profesión tanto en la dirección, como en la producción, la actuación y, desde hace casi tres años, en la docencia con dos escuelas de interpretación que ha montado en Madrid. Además de la compañía Oteyza, donde trabajan jóvenes actores formados bajo su método.

No satisfecha con este bagaje, tanto en España como en Argentina, donde conoció a su exmarido, el actor Miguel Ángel Solá, que marcó su carrera y su vida, acaba de apostar por El secreto de Puente Viejo en su recta final, con un personaje que da intriga a la trama. Es doña Begoña, la esposa de Ignacio Solozábal y madre de sus tres hijas, que regresa de un sanatorio mental en Austria, al parecer, ya curada.

¿Cómo te sientes en la novela?

Muy contenta, aunque requiere un gran nivel de estudio y de dedicación todos los días. El recibimiento por parte de todo el equipo ha sido muy bueno.

Las diarias no eran algo nuevo para ti…

Así es. Ya había hecho series y películas en Argentina, país en el que estuve viviendo durante algún tiempo y donde tuve una larga trayectoria.

¿Y cómo llegaste a Puente Viejo?

Me llamaron directamente para el papel. Yo estaba muy centrada en el teatro, pero ahora me apetecía volver a la televisión. Me gustó mucho el personaje, sobre todo porque parece que ha regresado curada tras doce años, pero no será así.

¿Con qué va a sorprender?

No puede adelantarse demasiado de lo que pasará. Solamente diré que el futuro y el destino de su hija Rosa estará muy unido al de su madre.

¿Te ha costado mucho construir este personaje?

En este caso tengo que decir que el apoyo de Jorge Elorza, el coach de la serie, ha sido primordial. Me ha ayudado mucho con los ensayos y lo he construido con él paso a paso. Me ha dado seguridad.

La ficción se despide después de nueve años en antena. ¿Cuál crees que ha sido su fórmula?

Es un locura que haya estado tanto tiempo en pantalla. Buena parte del mérito es de todos los personajes que la han llevado al éxito y que han resistido capítulo a capítulo.

Estás muy vinculada y entregada al escenario. ¿En qué se diferencia de la televisión?

Son dos medios distintos y te aportan diferentes experiencias. Para un actor, el teatro es la base, pero depende de la personalidad de cada uno.

Eres una persona muy activa, que contagia su energía…

Soy una enamorada de la vida y me gusta disfrutar de todo plenamente. Me encanta el espectáculo y tengo la suerte de compartir la pasión por el arte con mis dos hijas: Cayetana Oteyza, que trabajó en Tiza, que yo dirigí, y María Solá, música y escritora.

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