La higiene en la cocina (y en toda tu casa) y lavarse las manos antes, durante y después de cocinar nunca fue tan importante. Aunque la posibilidad de que el coronavirus llegue hasta nuestra nariz, boca u ojos por culpa de cómo manipulamos los alimentos que compramos en el supermercado es remota, teóricamente es posible. Por eso te explicamos todo lo que tienes que hacer para que esa posibilidad remota se reduzca a imposible.
1. Olvídate de cantar mientras cocinas
- Hay una razón por la que las personas que manipulan alimentos de forma profesional llevan mascarilla: porque en la cocina nosotros mismos podemos ser el foco de infección. Por ello evita hablar, toser o estornudar si hay comida cerca, da igual que tengas síntomas de coronavirus o no, porque ya sabemos que muchas personas infectadas son asintomáticas. Este consejo incluye también picotear mientras cocinas: al meter la comida en la boca con las manos puedes llevar el problema desde tu boca hasta la comida que estás cocinando. Por supuesto, nada de probar la salsa con el dedo y si usas un cubierto que esté limpio y lo lavas después de usarlo.
2. Lávate las manos a menudo y a conciencia (y tus utensilios de cocina también)
- Antes de empezar a cocinar lávate las manos con agua y jabón y, si mientras estás metida en faena, estornudas, toses o te suenas la nariz, pues lávatelas de nuevo. Si tus utensilios de cocina admiten el lavado el lavavajillas mejor que mejor, porque el poder de desinfección de este electrodoméstico es mayor que el del grifo de agua caliente. Pero si no tienes lavavajillas, no pasa nada, solo tienes que lavarlo todo con agua y jabón, cambiar el estropajo cada dos semanas (y eso estirándolo mucho) y asegurarte de que tu menaje de cocina está perfectamente limpio antes de usarlo.
3. Desinfecta tu encimera (que no es lo mismo que limpiarla)
- Una encimera puede estar limpia y reluciente sin rastro alguno de salsa de tomate y aún así ser una rave de microbios porque no se ha desinfgectado. Para hacerlo de forma adecuada tienes que usar lejía (ni vinagre, ni bicarbonato, ni limón acaban con el coronavirus). Dos cucharadas soperas de lejía (20 ml) diluidas en un litro de agua es suficiente. Esta mezcla hay que prepararla en el momento en el que se va a usar para que sea eficaz y, muy importante, sin mezclar con ningún otro producto de limpieza o desinfección ni con ningún otro líquido o te puedes intoxicar.
4. Antes de picar o pelar, lavar
- Tanto los alimentos que vamos a consumir crudos (la manzana del desayuno, la zanahoria de los crudités…) como los que vamos a consumir cocinados (las patatas, los calabacines…) hay que lavarlos antes de pelarlos para evitar que la contaminación que pudiera haber adherida a su piel se introduzca en la pulpa cuando retiramos esta con el cuchillo.
5. ¿Tienes que desinfectar los envases de los alimentos antes de abrirlos?
- La pregunta del millón ha tenido más búsquedas en Google a cuenta de los paquetes de Amazon que de los del supermercado, pero aún hay quien duda. Hoy por hoy no se ha reportado ningún caso de persona contagiada por coronavirus a través del contacto con envases de alimentos contaminados. Pero como no está de más ser prudente (y por si te quedas más tranquila si estableces un protocolo para tus compras) una solución sencilla es que deseches los envoltorios que no te sirven para nada nada más llegar a casa (como el plástico que rodea los packs de leche, por ejemplo), vayas a la compra con bolsas de tela que puedas lavar a más de 60 ºC, pasa un paño de cocina limpio empapado de lejía diluida por los envases que lo permitan (los tarros de legumbres, por ejemplo) y lávate las manos al terminar. Por supuesto, no se te ocurra meter en tu alacena limpia botes que no hayan pasado por este protocolo ni mezclar unos que sí con otros que no porque entonces habrás trabajado en balde.
6. Por último, olvídate del sushi durante una temporada)
- Está comprobado que el calor de la cocción en la cocina afecta a la familia de los coronavirus (y todo sea dicho, al resto de virus y bacterias también). Por eso es un buen momento de abandonar nuestro amor por el sushi y a mahonesa casera y sustituirlo por el potaje y la carne guisada. Lo sentimos, pero ahora mismo la comida más segura es la comida cocinada y esa seguridad depende de dos factores: de la temperatura que se le apliquen y el tiempo que se exponen a ese calor. En términos están libres de virus, lo que en la práctica supone que los huevos deben estar bien cocidos (con la yema cuajada al completo) y la carne hecha por completo (adiós al vuelta y vuelta, de momento).
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