El confinamiento, los días que pasan lentos, las noches en blanco… hay muchísimas técnicas psicológicas que te pueden ayudar a gestionar lo peor del aislamiento por el coronavirus y, por supuesto, nuestro consejo es que si necesitas ayuda, la pidas a un profesional sanitario. Pero si tu agobio viene y va y ataca solo de vez en cuando, además de respirar hondo y tomar tila otras terapias igual de naturales para manejar el estrés y la ansiedad pueden complementar los consejos de un buen psicólogo. La reflexología podal es una de ellas.
Para poder masajear los cuatro puntos ubicados en tu pie que van a hacer que te encuentres muy bien, Laura García, de reflexología y mujer. Nos recomienda empezar nuestra sesión de automasaje en un entorno tranquilo y extendiendo crema hidratante en la planta de ambos pies con movimientos de “amasar” los músculos de la zona.
A continuación, pasa al primer punto que debes ejercitar: el del plexo solar. Lo encontrás fácilmente si deslizas tu dedo pulgar de la mano por la parte gordita del dedo gordo siguiendo el hueso hasta que acaba en la planta del pie. “Esta zona ubicada justo donde acaba el hueso del pulgar de cada pie es el centro de relajación del cuerpo. Para trabajarlo hay que presionar con el dedo pulgar la zona haciendo presión y círculos. En una situación normal, con un minuto de masaje en esta zona, basta, pero si nos notamos especialmente ansiosos, podemos alargar la estimulación hasta cinco minutos”, asegura Laura García.
Después pasamos a trazar una las línea recta mental desde el punto en el que nos encontramos hacia abajo, donde empieza el talón. Haciendo la presión en línea recta descendente y ascendente logras rebajar la activación de nuestro sistema nervioso.
El siguiente punto de atención es el dedo gordo. Trabaja desde la base del dedo gordo del pie trazando líneas rectas hasta la zona superior del mismo, donde acaba la uña para luego masajear también el lateral del dedo del pie de abajo hacia arriba. “En la parte de arriba del dedo gordo del pie nos encontramos el punto reflejo del cerebro y manejarlo es especialmente eficaz si tenemos pensamientos rumiativos”, explica la experta.
Por último, abandona la planta del pie para pasar a masejear la cara interna del mismo, desde el tobillo hasta el dedo gordo. En esa línea a línea imaginaria la parte más cercana al dedo gordo se corresponde con las cervicales, las que más sufren en momentos de tensión. Ir sobre la línea del hueso del dedo gordo al tobillo y del tobillo al dedo ayuda a relajar las cervicales y, de paso, el sistema nervioso central.
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