¿A quién pondría una persona divorciada al final de una lista para pasar el aislamiento? Seguramente, a su ex. ¿Qué necesidad hay de revivir malos recuerdos en unos momentos tan duros como estos? ¿No volverían a surgir las disputas y las tensiones? Pues no todos opinan igual. De hecho, Bruce Willis y Demi Moore han decidido pasar el confinamiento a causa del Covid-19 en compañía de sus tres hijas Runner (31 años), Scout LaRue (28) y Tallulah (25), además de los novios de estas dos últimas y un buen número de perros. Y gracias a eso se han convertido en la expareja perfecta, esa que nos demuestra que los buenos momentos que nos unieron pueden ayudarnos a salir adelante.
La pista nos llegó a través de Instagram, después de que su hija pequeña, Tallulah, y luego la propia Demi subieran a sus cuentas fotos en los que toda la familia aparece divirtiéndose y llevando un curioso pijama de rayas verdes, los perros incluidos. Pero luego ambas han ido publicando imágenes de este confinamiento que a muchos nos resultarán familiares: reunión sobre la alfombra para revisar viejas fotos, juegos con los perros, una canción en grupo acompañados por una guitarra… y hasta el rapado de pelo que Willis le ha hecho a su hija con una maquinilla.
Willis y Moore han sabido reconstruir su familia después de una vida no exenta de dramas. Ambos se casaron cuatro meses después de conocerse, cuando ella estaba prometida con el también actor Emilio Estévez. Durante los 13 años que duró el matrimonio hubo felicidad, pero también celos y discusiones provocados por la fama de mujeriego y controlador del actor. Los periódicos de la época dijeron que el acuerdo de divorcio se saldó con 78,5 millones de euros que el protagonista de “La jungla de cristal” tuvo que pagar a su exmujer.
Ella rehizo su vida después junto a Ashton Kutcher y formaron una de las parejas más envidiadas de Hollywood. Pero no todo era tan bonito como se pintaba. La propia actriz reconoció en sus memorias “Inside Out”: ”La mansión donde me casé está vacía. Mi marido me ha engañado y no quiere luchar por la relación, y mis hijas no me hablan”. Su divorcio en 2011 la hizo recaer en el alcohol y las drogas, pero pudo salir de esa crisis gracias a la ayuda de sus hijas y su exmarido. “Me dieron la oportunidad de redirigir el curso de mi vida antes de que destruyera todo. Claramente ellos vieron más de mí que yo misma. Y estoy muy agradecida porque sin esa oportunidad, sin su confianza en mí, hoy no estaría aquí”, escribió la actriz en su libro.
El apoyo incondicional de Willis en los peores momentos de la actriz tenía una razón clara, que Moore desveló en sus memorias: “Bruce tenía miedo de que fuera a hacer difícil nuestra separación, obstruyendo su relación con las niñas. Que recurriría a todas esas tácticas que las parejas divorciadas usan como armas. Pero no lo hice, y él tampoco”.
Por su parte, Willis se casó en 2009 con la modelo y actriz británica Emma Heming con la que tiene dos hijas: Mabel Ray, de ocho años, y Evelyn Penn, de seis. Moore y Heming tienen una magnífica relación, de hecho, la primera acudió a la ceremonia de renovación de votos de la pareja el pasado año. Lo que todavía no sabemos es si ella y sus hijas están pasando la cuarentena con la familia Willis-Moore.
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