Esta madrugá del Viernes Santo se va a vivir en Sevilla de una manera completamente distinta a la habitual a consecuencia del confinamiento impuesto por el estado de alarma. Las calles vacías de la ciudad hispalense por la crisis del coronavirus son especialmente significativas en estos días en los que los sevillanos deberían estar exhibiendo su fervor. El Palacio de las Dueñas, la residencia favorita de la fallecida duquesa de Alba y hoy propiedad de su nieto Fernando Fitz-James,tampoco abrirá las puertas, como era una tradición desde que la propia Cayetana la instaurase.
Hasta su muerte en noviembre de 2004 era habitual que la aristócrata congregara a numerosos amigos y familiares en su casa para disfrutar del paso de las cofradías y, más concretamente, del de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias Coronada. Ambas imágenes, pertenecientes a la cofradía del Cristo de los Gitanos, solían detenerse en la cancela del palacio. Entonces, Cayetana, tal y como sostiene la escritora especializada en gastronomía Eva Celada, ofrecía a los costaleros croquetas, tortilla de patatas, uno de los platos favoritos de la fallecida duquesa, frituras, ahumados, canapés y dulces como pestiños, tocino de cielo y torrijas para que repusieran fuerzas.
La duquesa solía cuidar mucho su alimentación en estos días y se entregaba a la comida de vigilia. “Cayetana tomaba mucho arroz, guarnición de verduras, poca carne, especialmente en Semana Santa, pescado salvaje, nunca de piscifactoría, y marisco”, contó Celada hace un tiempo. Sus hijos seguían las instrucciones impuestas por su madre y ejecutadas por los chefs del palacio –uno de ellos fue el reputado cocinero Salvador Gallego– y regaban las deliciosas recetas con un vino. Lo seguían haciendo cuando la duquesa falleció. De hecho, en 2017, Carlos Fitz-James, el actual duque, y Eugenia Martínez de Irujo abrieron las puertas del palacio ante una avalancha que se había producido en las calles y evitaron así males mayores. Cayetana fue camarera de la virgen de los Gitanos y una de sus aportaciones más importantes fueron sus donaciones para la restauración y remodelación del templo donde hoy descansan las imágenes y reposan sus cenizas.
Otross palacio que también están cerrados esta semana y que habitualmente están a rebosar de personalidades es del Marqués de la Motilla. Su terraza ha sido bautizada como una de las mejores de la ciudad para seguir las procesiones de Semana Santa. Allí es fácil ver a Matilde Solís, hija de los difuntos marqueses de La Motilla, exnuera de doña Cayetana y madre del futuro duque de Alba. También suele visitar el edificio Enrique Solís, hijo del actual marqués y de su primera mujer, Carmen Tello. Entre otros famosos que han pisado esa privilegiada terraza están el ya fallecido editor José Manuel Lara o los diseñadores Victorio & Lucchino. Otro escenario para no perderse detalle de los pasos de Semana Santa es el palacio de Pilatos, donde hasta el año pasado era posible ver a Naty Abascal junto a sus hijos. Este año no será posible. Los costaleros ya echan de menos los pinchos de tortilla que se sirven en casa de la duquesa de Alba.
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