La salida del príncipe Harry y de Meghan Markle de la monarquía británica ha sido limpia, rápida e indolora. Ahora que la familia realse encuentra dedicada en cuerpo y alma a ayudar en la crisis sanitaria que atraviesa el país; la pareja tiene estos días como única preocupación adaptarse lo más rápido posible a su nueva vida en Los Ángeles, la ciudad a la que se han mudado después de pasar varios meses en Canadá esperando a que la reina Isabel II les concediera la ‘libertad’ que tanto ansiaban.
Eso sí, hay algo que nunca van a poder borrar de su pasado como royals: el perfil oficial que tenían en Instagram como duques de Sussex. Aunque ahora ya no ejerzan como tales de manera profesional; en Buckingham se ha decidido que todas las fotos que Meghan y Harry subieron a esa cuenta mientras representaban a la Corona permanezca abierta “para que quede constancia en el futuro” de su labor.
Una suerte de archivo histórico que los fans nostálgicos del matrimonio podrán seguir consultando a la espera de que, tal y como anunciaron el pasado 30 de marzo, abran una nueva cuenta en esta red social donde mantendrán al público al tanto de su nueva vida. Algo que por cierto no deberían retrasar mucho si quieren que la prensa amarillista no se enriquezca a su costa. Según se rumorea, el paparazzi que consiga la primera foto nítida de los duques en su nueva casa de California podría venderla por más de 100.000 dólares.
En cualquier caso, no debe ser sencillo para los Sussex estar obligados a mantener vivo su pasado online. Esta vez el derecho al olvido digital y a la propia imagen no les ampara para eliminar todo rastro de su anterior vida en Internet, como sí tiene el resto del mundo.
Claro que hecha la ley hecha la trampa. Para evitar que cualquiera use su cuenta de Instagram para desahogarse con ellos, tanto en el buen como en el mal sentido, Harry y Meghan han tomado la decisión de cerrar desde hoy los comentarios en este perfil. Y no solo eso: también han borrado todas las palabras que les dedicaron tanto fans como haters a lo largo de estos años.
Una curiosa solución para evitar que las palabras y opiniones de los demás les hagan en algún momento de bajón replantearse si acertaron o no yéndose de la monarquía. Porque sí, les pasará como a todo el que decide hacer un cambio radical semejante en su vida. En esto sí que no hay diferencia entre el pueblo llano y los royals.
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