Embarazada y \u2018culpable\u2019; \u2018El secreto de Puente Viejo\u2019


De vuelta en La Habana tras recibir el alta, Maqueda explica a Tomás y a Adolfo que lo golpearon los hombres que quieren la mina de la marquesa: “Les dije que no iba a ayudarlos con el negocio y les devolví el dinero con el que pretendían comprarme, pero no se tomaron bien la negativa”.

Justo en ese momento les interrumpe Antoñita para informarles del atentado en La Puebla donde ha muerto Barreiros. Tomás se marcha corriendo en busca de don Filiberto, quien a buen seguro tendrá noticias más recientes, pues Alicia participaba en el mitin del sindicalista y teme por su vida. Sin embargo, no encuentra al párroco.

Desconoce que se encuentra en el escondite de la secta Los Arcángeles, cuyos miembros se vanaglorian por el éxito del ataque. “El fin justifica los medios, no ponga esa cara por el número de muertos. Todo tiene un precio”, explica el cabecilla al horrorizado sacerdote.

Gracias a Huertas, Urrutia obtiene un permiso para salir de la cárcel y acompañar a Encarnación a la espera de noticias sobre su hija. Horas después, reciben las mejores: Alicia está viva.

Matías intenta convencer a Francisca de que permita que otro especialista examine a su abuelo, pero ella se niega. Así las cosas, acepta ayudar a Emilia con su plan de secuestrarlo y llevarlo a un hospital.

Tras saber del atentado, Manuela insta a las hijas de Solozábal a visitar a Encarnación para interesarse por Alicia, pero doña Begoña se lo prohíbe alegando que es muy peligroso. También convence a don Ignacio de que permanezca en casa, máxime cuando Marta sigue sintiéndose indispuesta.

Alicia regresa al pueblo traumatizada y confiesa a sus padres que es consciente de que se juega la vida por defender sus ideas. Antes de regresar al calabozo, Urrutia le pide que tenga cuidado y, al igual que su esposa, la alienta a continuar con la lucha.

Así lo hace esa tarde, con un reivindicativo discurso en la plaza que inquieta a Onésimo, Huertas y Mauricio, que ven cómo empeora la situación. El alcalde, además, es consciente de que debe proteger a la joven pese a ser su rival político.

Tomás, que ha asistido al mitin para comprobar que la joven se encuentra bien, regresa a La Habana, donde se reúne con su hermano. Aunque ambos encuentran extraña la explicación del capataz sobre su agresión, deciden creerla y ocultárselo a la marquesa.

Don Ignacio logra verse con Urrutia antes de que se lo lleven de vuelta a prisión, pero el encuentro lo deja hundido porque su amigo lo culpa de haber provocado su encarcelamiento: “Si hubiéramos contado la verdad desde el principio esto no habría pasado. Me siento engañado”.

Mientras Carolina confiesa a Encarnación que sigue enamorada de Pablo…

… Emilia se las ingenia para que Francisca se vaya de la casa y así ella puede organizar el traslado de Raimundo.

Ante la insistencia de Ramón, Marta acude al médico. El joven salta de alegría cuando le comunica que va a ser padre.

A ella, sin embargo, no se la ve ilusionada: se casó sabiendo que estaba embarazada de Adolfo y le duele el engaño. Luego, cuando comparten la buena nueva con la familia, todos los felicitan, pero Adolfo se queda intranquilo pues sospecha que el hijo es suyo.

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