El 5 de abril de 2020 ya es historia en el reinado de Isabel II de Inglaterra (a quien este fin de semana dedicábamos nuestra portada), el más longevo del mundo. Desde que ascendiera al trono, el 2 de junio de 1953, la reina tan solo se había dirigido a la nación en cuatro ocasiones: con motivo de la Guerra del Golfo, cuando falleció su madre, tras la trágica muerte de Diana de Gales y por su jubileo de diamantes. Esta noche, lo ha hecho por quinta vez.
La crisis del coronavirus, que afecta a nivel mundial, ha provocado que su majestad grabase un mensaje para tranquilizar y pedir a los británicos que luchen con firmeza y con responsabilidad. Unas palabras que eran grabadas horas antes, desde el Castillo de Windsor (donde permanece confinada con su marido, el duque de Edimburgo), y emitidas a las 8 de la tarde, hora local inglesa.
Los más de 42.000 casos (entre ellos el de su hijo y heredero al trono, el príncipe Carlos, y el del primer ministro británico, Boris Johnson) y los más de 4.300 fallecidos por Covid-19, han obligado a la reina a sumarse a la lista de monarcas europeos, como el Rey Felipe de España, que han querido trasladar su apoyo a su pueblo ante una pandemia que está haciendo grandes estragos.
Este es el mensaje completo de Isabel II:
«Les hablo en un momento que sé que la situación es cada vez más difícil. Una época de trastornos en la vida de nuestro país: un trastorno que ha traído dolor a algunos, dificultades financieras a muchos, y enormes cambios en la vida cotidiana de todos nosotros.
Quiero agradecer a todos los que están en la primera línea del NHS (Servicio Nacional de Salud), así como a los trabajadores de la salud y a los que desempeñan funciones esenciales, que desinteresadamente continúan sus tareas diarias fuera de casa para apoyarnos a todos. Estoy segura de que la nación se unirá a mí para asegurarles que lo que hacen es apreciado por todos y que cada hora de su duro trabajo nos acerca a un regreso a la normalidad.
Agradzco a los que se quedan en casa, ayudando a proteger a los vulnerables»
También quiero agradecer a los que se quedan en casa, ayudando así a proteger a los vulnerables y evitando a muchas familias el dolor que ya sienten los que han perdido a sus seres queridos. Juntos estamos combatiendo esta enfermedad, y quiero asegurarles que si nos mantenemos unidos y resueltos, la superaremos.
Espero que en los años venideros todos puedan enorgullecerse de cómo respondieron a este desafío. Y los que vengan después de nosotros dirán que los británicos de esta generación fueron tan fuertes como cualquiera. Que los atributos de autodisciplina, buena voluntad y sentimiento de compañerismo aún caracterizan a este país. Una demostración de que lo que somos no es parte de nuestro pasado, sino que define nuestro presente y nuestro futuro.
Los momentos en que el Reino Unido se ha unido para aplaudir su cuidado a los trabajadores esenciales serán recordados como una expresión de nuestro espíritu nacional; y su símbolo serán los arco iris dibujados por los niños.
En toda la Commonwealth y en todo el mundo, hemos visto historias conmovedoras de personas que se unen para ayudar a otros, ya sea mediante la entrega de paquetes de alimentos y medicinas, controlando a los vecinos, o convirtiendo empresas para ayudar en el esfuerzo de socorro.
Y aunque el autoaislamiento puede ser a veces difícil, muchas personas de todas las creencias, o de ninguna, están descubriendo que se nos presenta una oportunidad para ir más despacio, hacer una pausa y reflexionar, a través de la oración o la meditación.
Esta vez nos unimos a todas las naciones del mundo en un esfuerzo común»
Me recuerda a la primera emisión que hice, en 1940, ayudada por mi hermana. Nosotras, como niñas, hablamos desde aquí en Windsor a los niños que habían sido evacuados de sus hogares por su propia seguridad. Hoy, una vez más, muchos sentirán una dolorosa sensación de separación de sus seres queridos. Pero ahora sabemos, en el fondo, que es lo correcto. Si bien hemos enfrentado desafíos antes, este es diferente. Esta vez nos unimos a todas las naciones del mundo en un esfuerzo común, utilizando los grandes avances de la ciencia y nuestra compasión instintiva para sanar. Tendremos éxito, y ese éxito nos pertenecerá a todos.
Debemos consolarnos de que, aunque quede tiempo por delante todavía, volverán días mejores: volveremos a estar con nuestros amigos; volveremos a estar con nuestras familias; nos volveremos a encontrar.
Pero por ahora, les envío mi agradecimiento y mis mejores deseos a todos ustedes»
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