La realeza no ha ignorado las protestas globales que han tenido lugar durante estos días en decenas de ciudades de todo el mundo. Y tras las críticas que el príncipe Harry y Meghan Markle recibieron el pasado verano, después de volar en repetidas ocasiones en aviones privados, 20 veces más contaminantes que un vuelo regular, el royal ha decidido dar un paso adelante y ha ejercido como editor de National Geographic por un día.
Ha sido el príncipe el responable de fotografiar unos baobabs, durante una visita al parque nacional de Liwonde, en Malawi. El propósito de esta campaña es concienciar a los lectores de la importancia de este árbol en el ecosistema global.
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Porque Harry, que sigue de tour oficial por el continente africano, ha querido hacer una pequeña parada en este enclave, para plantar árboles en nombre de la Queen’s Coomonwealth Canopy, una iniciativa que comenzó en 2015 como una red de programas de conservación forestal en los 53 países de la Comunidad de Naciones.
“¡Hola a todos! Estoy súper contento de tener la oportunidad de seguir trabajando con National Geographic y coeditar esta cuenta de Instagram; es una de mis favoritas”, escribió el príncipe. “Iré publicando fotos de mis fotógrafos favoritos de @NatGeo a lo largo del día, y en la cuenta de @sussexroyal compartiré mis fotos favoritas de entre todas las que publicáis. No puedo esperar a que lo veáis”, zanjó el príncipe, que insistió en que proteger la naturaleza es “fundamental para nuestra supervivencia” y que no debe ser menospreciado como algo “hippy”.
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