Él era un joven senador por el estado de Delaware, viudo y padre de dos niños. Ella era nueve años más joven, cursaba su último año de universidad y se acababa de separar de su primer marido, un jugador de fútbol americano llamado Bill Stevenson.
Se conocieron en 1975 y en su primera cita fueron juntos al cine. Así empezó la historia de amor de Joe y Jill Biden, los que podrían convertirse en los próximos inquilinos de la Casa Blanca, si el ex vicepresidente consigue su nominación como candidato demócrata en las primarias de su partido y después logra vencer a Donald Trump en las urnas el próximo mes de noviembre.
En realidad, todo empezó con un dramático accidente de tráfico. El que en 1972, terminó con la vida de la mujer de Biden, Neilia, y su hija de un año, Naomi. En unas memorias publicadas en 2007, Biden confesaba: «Jill me devolvió la vida. Me hizo volver a pensar que mi familia podría estar completa de nuevo».
Después de dos años de relación –y de que el político le pidiera matrimonio hasta en cinco ocasiones–, la pareja se casó y Jill empezó a educar a Hunter y Beau como si fueran sus propios hijos. Y en 1981, la pareja tuvo una hija en común: Ashley. Mientras el político hacía carrera en Washington, su mujer trabajaba como profesora de colegio, pero también de universidad, a la vez que ampliaba su formación cursando dos másters y terminando su doctorado. De hecho, ni si quiera dejó su trabajo cuando, entre 2009 y 2017, ejerció como segunda dama de Estados Unidos, aunque compatibilizarlo con su agenda oficial fuera agotador.
«La mayoría de las noches teníamos una recepción, así que llegaba a casa de la escuela y tenía media hora para mí en la que, seguramente, simplemente me echaba en la cama intentando poner en orden mi cabeza. Después, me levantaba y bajaba a recibir a la fila de invitados», contó el año pasado a la revista ‘Vogue’. Amiga de Michelle Obama y amante del ejercicio, el año pasado publicó unas memorias en las que se sinceró sobre la trágica muerte de su hijastro Beau Hunter, que falleció en 2015 a los 46 años, víctima de un tumor cerebral. Ahora, los Biden se preparan para la campaña más decisiva de su vida. La que podría terminar con ellos en la Casa Blanca.
Fuente: Leer Artículo Completo