Lejos quedan ya esos anuncios de Tom Ford en los que los botes de perfume cubrían las partes pudendas de los modelos y el sexo era el protagonista de las campañas. Impensables serían ahora esas campañas de Dolce & Gabbana que tantos comentarios despertaron en los que una mujer era agarrada en el suelo por un hombre mientras un grupo de modelos masculinos observaba la escena. ¡Si ya ni siquiera Victoria´s Secret puede hacer ya del sexo su mejor herramienta de venta! En un momento en el que el movimiento body-positive gana a las imagenes hipersexualizadas, ¿hay sitio en la moda todavía para el sexo?
Precisamente cuando firmas como Balmain y Saint Laurent se atrevían a devolver a la pasarela el fetichismo y el erotismo con sus propuestas de látex, la cuarentena ha vuelto a traer la comodidad a nuestro armario. Si hubo una época en la que los camisones sensuales y el encaje eran los reyes de la casa en los perfiles de las influencers, ahora son los modelos de punto y algodón los que se hacen con los hogares de las celebridades y de las instagramers.
Como explica Sara Beech a ‘WWD’, la actitud del consumidor es la responsable de que ahora las modelos sean empoderen en los anuncios en lugar de ser retratadas como meros objetos de deseo. “Ha habido un cambio hacia conversaciones más honestas, abiertas, reales y diversas. El sexo se muestra y se explora desde diferentes puntos de vista. Por más que las imágenes sexuales sigan atrayendo la atención, queda demostrado que ya no conduce a un incremento de ventas. Captar la atención por el mero hecho de hacerlo ya no le gusta a la audiencia, que está más alerta que nunca ante las prácticas publicitarias para que sean más auténticas”, explica.
Los millennials, y en especial la Generación Z, buscan el empoderamiento, la aceptación de todos los cuerpos y la capacidad de mostrar su verdadero yo. Ser sexy ahora ya no es posar en braguitas de encaje ante el espejo, sino estar orgullosa de una misma tanto en ropa interior como en pijama.
Marcas como Aerie se han hecho con el mercado de la ropa interior al contar tanto en sus redes como en sus campañas con mujeres de diferentes etnias y siluetas. Tanto las modelos como las embajadoras posan con sus conjuntos de ropa interior en sus perfiles o en el de la marca sin poses sensuales, porque en el 2020, el nuevo aliado de las ventas ahora es el amor propio, no el sexo.
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