Que el coronavirus no es ninguna broma nos debería de haber quedado ya claro con la velocidad a la que se están produciendo los contagios en todo el mundo y el número de víctimas mortales que lleva a su paso. Así que, numerosos eventos de relevancia internacional y con asistencia de público masiva, se han visto obligados a cancelarse. El último, el Baile de la Rosa, una fiesta donde la familia real de Mónaco ejerce de anfitriona y que se ha visto obligada a no celebrarse, hasta nueva orden.
Era ayer por la tarde cuando la casa real monegasca emitía un comunicado escueto en el que se podía leer: «Las medidas de precaución relacionadas con el Covid-19 nos llevan a posponer la celebración del Baile de la Rosa, inicialmente programado para el sábado 21 de marzo de 2020. Se fijará una nueva fecha en función de la evolución de la situación».
Creado en 1954 por Grace de Mónaco, desde su fallecimiento, en 1982, la encargada de organizarlo es su hija mayor, la princesa Carolina de Mónaco, a quien dio esta atribución su padre, Rainiero. Una ceremonia con fines benéficos, cuyos ingresos son destinados íntegramente a la Fundación Princesa Grace.
Tal y como se puede leer en esas líneas emitidas por los Grimaldi, se buscará una nueva fecha para su celebración una vez la crisis sanitaria a nivel mundial esté controlada. Ellos han decidido acogerse al «más vale prevenir que lamentar» y se han decantado por la opción más responsable.
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