Emre quiere dar un paso más en su plan para destruir a Murat. El odio que siente por el empresario es cada vez mayor y no habrá nada que pueda detenerlo. Así pues, esa misma tarde se cita en un restaurante con Derya, la madrastra de su rival, y le comunica que tiene en su poder un documento con el que podrá manipular al ejecutivo. “Con esos papeles lograré convertir su vida en un infierno si se opone a mis deseos. No tendré piedad”, asegura.
Ella sonríe, pues siempre le ha molestado que su hijastro sea feliz. “Tendrás mi ayuda para lo que necesites. Si hay alguien que comparte tu inquina por ese idiota, soy yo. Tranquilo, puedes confiar en mí ”, comenta la mujer, quien dando por finalizada la conversación regresa a su mansión. Allí, la recibe Azize, que decide hablar seriamente con la recién llegada: “Que Leyla no esté no te convierte de nuevo en la señora de la casa. Quiero que respetes mi autoridad, no me hagas repetírtelo”.
Hayat y su marido al fin se van de luna de miel
Lejos de allí, Hayat y su esposo tiene por fin la luna de miel que tanto habían deseado. La pareja se marcha a una cabaña cerca del mar y finalmente disfrutan de su primera noche de pasión. A la mañana siguiente, la felicidad que ambos sienten es plena y juran no separarse nunca jamás.
Quien también está haciendo planes de futuro con su amada es Kerem. El muchacho lleva a Ípek a visitar algunas casas cerca de su barrio. “Tendremos que comprar un piso en el que vivir antes de casarnos”, afirma. Ella, muy emocionada, lo abraza efusivamente. En ese instante aparece su padre que, no contento con estropear el romántico momento, exige a su hija una gran cantidad de dinero. La chica se niega a dárselo: “Nunca te preocupas por mí, solo bebes y juegas y luego soy yo la que debe pagar tus deudas Estoy harta de tus mentiras”.
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