Meghan y el príncipe Harry han acompañado a la reina Isabel a la Capilla Real de Todos los Santos en Windsor para asistir a la misa que la monarca no se pierde los domingos. Suele ir acompañada por algún miembro de la familia real pero hacía muchos meses que no lo hacían los duques de Sussex. Se saltaron incluso la tradicional misa de Navidad que suele reunirla en Sandringham.
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Desde que en noviembre anunciaron que se tomarían unas semanas de descanso y viajaron a Canadá solo regresaron brevemente en enero para anunciar que se iban definitivamente. Hasta ahora. Esta semana han vuelto a Londres para asistir a algunos compromisos como royals. En realidad, a sus últimos compromisos como royals porque su salida pactada con la Casa Real será efectiva el 31 de marzo.
En esta semana había varias fechas señaladas. Se sabía que el miércoles irían a la entrega de los premios Endeavour, el sábado al Festival de Música Mountbatten y el lunes se unirían a la reina y al resto de la familia real-Kate y Guillermo incluidos- en Abadía de Westmisnster para los servicios relacionados con la celebración del Día de la Commonwealth. También se esperaba que la duquesa de Sussex asistiera a algún acto relacionado con el Día de la Mujer, como hizo el viernes en la Escuela Superior Robert Clack en Dagenham. Lo que no se contemplaba era lo que ha ocurrido este domingo.
Su presencia junto a la reina en Windsor -cerca del castillo y de Frogmore Cottage la casa donde los duques se alojan estos días- es una forma de expresarle su cariño a pesar de todo. Según ha publicado la prensa británica estos días, la longeva monarca de 93 años ha mantenido un encuentro con su nieto Harry en el que le ha expresado su amor y su felicidad por el regreso, aunque sea temporal, a Londres además de decirle que siempre será bienvenido a casa y a la familia. La prensa no ahonda sobre ello pero seguro que habrá habido algún tirón de orejas por dejar a Archie en Canadá aunque la reina (y los demás) habrán entendido que es un viaje muy largo para un niño que aún no ha cumplido el año y al que quieren proteger de esta exposición pública a la que ellos estos días, como última vez, están accediendo. Y a juzgar por sus muchas sonrisas parece que están encantados.
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