Recuerdo perfectamente cuando en las revistas de moda hablábamos del estilo ‘off duty’ de las modelos al hacer referencia a esos looks desenfadados y carentes de estilismo alguno que las tops lucían a su llegada a los desfiles. Cuando eran fotografiadas llegando a un show o hablando con sus amigas antes de entrar al recinto, solían llevar looks sencillos compuestos por prendas negras, un café titánico, botas militares, el it bag de rigor y pantalones pitillo que jamás sabíamos cómo demonios se habían conseguido meter. Ahora, sin embargo, las modelos lucen antes looks aún más elaborados que los que van a lucir horas después sobre la pasarela.
Hablamos, cómo no, de las modelos del momento, como las Hadid y Kendall Jenner, pero es que antaño las supermodelosllevaban looks de calle de estética relajada. Sin embargo, el que los looks de street style se hayan convertido ahora en carne de redes sociales y de revistas ha hecho que la improvisación -e incluso el estilo propio- no formen ya parte de sus vidas.
La estilista Mimi Cutrell se encarga de que cada vez que Gigi y Bella Hadid salgan a la calle, sus looks, que son siempre fotografiados, terminen ocupando los titulares y sus estilos generen conversación. Antes sus outfits eran mucho menos elaborados, pero Cutrell se esfuerza para que sus estilismos sean tan espectaculares como los que lucen sobre la pasarela.
Ahora que no nos leen las Hadid, os voy a contar un secreto: Hailey Bieber se está haciendo, poco a poco, con el título de la modelo mejor vestida, y lo está logrando gracias a la estilista Maeve Reilly. Mientras que los looks de las Hadid se caracterizan por el más es más, los de Hailey se caracterizan por ser sencillos, con giros oversize y accesorios llamativos. Aunque tras ellos hay una estudiada labor de estilismo, esta es menos evidente, por lo que la gente está abrazando sus looks con mayor fuerza.
Lo que tenemos que recordar es que las celebridades internacionales son incapaces de abandonar sus casas sin tener en la puerta hordas de fotógrafos dispuestos a inmortalizar sus looks, por lo que han sabido ver en este “incordio” un negocio. Por un lado, las estilistas pueden visibilizar su trabajo diariamente, y no únicamente en las alfombras rojas. Por otro, las marcas cuentan con publicidad gratuita al ser inmortalizadas cada día de la mano de las celebridades del momento. Por último, las famosas ocupan los titulares y se hacen con los medios sin necesidad de haber generado una noticia real, por lo que su fama se mantiene intacta y el interés mediático continúa impasible gracias a su cuidado armario. El único perjudicado, eso sí, es el estilo real de las famosas, enterrado ahora por equipos de estilismo dispuestos a que sus vestidores sean más parecidos a los del backstage de un desfile que a los de una persona normal.
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