Enorme susto en la familia de Cristiano Ronaldo (35). Su madre era operada de urgencia en la madrugada del lunes tras sufrir un derrame cerebral. María Dolores Aveiro (65) se encuentra hospitalizada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Nélio Mendonça de Funchal (Portugal), donde reside junto a su pareja José Andrade. Su situación es estable dentro de la gravedad que supone una intervención de este tipo y junto a ella ya se hallan sus dos hijas, Katia y Elma, que viven en la misma localidad portuguesa, y Cristiano, que se desplazaba este martes a su país de origen para estar junto a la matriarca de la familia. El año pasado, Dolores anunciaba que padecía por segunda vez cáncer de mama (el primero le había sido diagnosticado en 2007).
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Sin duda alguna, María Dolores Spínola Do Santos da Aveiro ha sido durante toda su vida el gran pilar de CR7. Pese a ser hoy la madre de uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, Dolores no olvida sus orígenes ni su dura infancia, y eso siempre ha tratado de transmitírselo a sus hijos. Nacida el 31 de diciembre de 1954 en Caniçal, un pequeño puerto de pescadores ubicado en el distrito de Machico en la localidad de Madeira, desde muy pequeña tuvo que adaptarse a una vida que ella misma calificaba en sus memorias como un infierno.
Una infancia dolorosa
Cuando Dolores tenía cinco años perdió a su madre, Matilda, a quien un ataque al corazón le arrebató la vida con apenas 37 años. Su padre, José Viveiro, tuvo que hacerse cargo de los cinco hijos. Incapaz de mantenerlos con el poco dineroque entraba en casa, José optó por enviar a los cuatro pequeños (Dolores y su hermana Laurentina a uno; Jorge y Florentina, a otro) a dos hospicios de Funchal. Dolores cuenta que lloraba cada noche, que las monjas la castigaban incluso físicamente y que intentó escapar en dos ocasiones. Su única obsesión era que el resto de sus hermanos estuvieran bien. Con nueve años, las monjas del hospicio llamaron a su padre para decirle que tenía que llevársela de allí por su comportamiento rebelde.
En ese momento, el abuelo de Cristiano había ya vuelto a casarse con Ángela, una mujer que tenía otros cinco hijos y estaba esperando otro más de José. En casa, donde no tenían ni luz ni agua corriente, Dolores siguió viviendo un infierno de malos tratos y vejaciones, incluso su padre quiso internarla en un centro para discapacitados intelectuales, pero el director se negó a hacerlo porque a la niña no le sucedía nada fuera de lo común. A los 13 años, Dolores fue obligada por su padre a dejar el colegio y empezó a trabajar haciendo cestos de mimbre, para lo que se levantaba cada día a las 5 de la mañana. Años después, José y Ángela se marchaban a Australia con los cinco hijos de ésta.
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Se casó para huir de casa
Con 18 años, Dolores buscaba una nueva vida, buscaba tal vez su felicidad. Entonces conoció a José Dinis Aveiro, un joven de 20 años que trabajaba en una tienda de ultramarinos. Se casaron y José acogió a Dolores en la casa de sus padres. Un año después tuvieron a su primera hija, Elma (46). La vida parecía sonreírles cuando José Dinis tuvo que irse al frente a combatir en Angola y Mozambique, y mientras él estaba en África, había nacido su segundo hijo, Hugo (45). Volvió diez meses después pero algo en él había cambiado. Ya no quería trabajar y pasaba los días en el bar. Fue Dolores la que tuvo que sacar a la familia adelante marchándose sola a trabajar a Francia.
Allí estuvo cinco meses y decidió volver a Portugal, donde volvió a quedarse embarazada. Tenía 22 años cuando nació su tercera hija, Katia (43), que hoy es cantante. Tras vivir en una casa okupada, Dolores volvía a quedarse embarazada ‘por sorpresa’ a los 30 años. Ella misma ha contado que pensó en abortar porque no sabía cómo mantener una boca más que alimentar. Afortunadamente no lo hizo. El 5 de febrero de 1985 nacía Cristiano Ronaldo, al que llamó así por Ronald Reagan, el entonces presidente de los Estados Unidos.
Desde muy jovencitos, los hijos mayores de Dolores se pusieron a trabajar. La matriarca de la familia comenzó como cocinera en un hotel de Funchal. En la casa del aún niño Cristiano Ronaldo no se pasaba hambre, pero se contaba cada céntimo para llegar a fin de mes. Vivían en una casa muy pequeña en Quinta de Falcao. Por aquel entonces, el marido de Dolores era utillero en el club de barrio Andorinha y el capitán del equipo había sido el padrino, curiosamente, de Cristiano. José Dinis cayó en el terrible mundo de la bebida y en 2005 fallecía por esta causa.
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Un nuevo amor en la madurez
Dolores volvió a encontrar el amor ya en una época de su vida en la que las cosas iban realmente bien gracias a su hijo CR7 que ya jugaba en el Manchester United. Unos meses después de la muerte de su marido, Dolores se enamoraba de José Andrade (67), que había sido durante diez años miembro de la Guardia Nacional de Portugal. Tras sufrir problemas de salud, se buscó la vida trabajando como jardinero y gracias a este trabajo conoció a la familia del futbolista, ya que era él el encargado de cuidar el jardín de su vivienda familiar en Portugal cuando Cristiano aún jugaba en el Sporting de Lisboa allá por 2002. Primero fue un gran apoyo para Dolores y tras la muerte de José comenzaron una relación sentimental que mantuvieron en secreto casi un año.
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Dolores siempre ha estado cerca de su hijo pequeño. Durante la estancia de CR en el Real Madrid, su madre y José Andrade vivían en una casa comprada por el futbolista en Los Lagos, la zona más exclusiva de La Finca, al lado de su propia mansión. De hecho, Dolores y José se ocupaban de cuidar del hijo mayor de Cristiano, Cristiano Junior, y le llevaban al colegio, entre otras cosas. Sin duda, desde entonces, Dolores Aveiro ha disfrutado al máximo de la vida viajando en el jet de su hijo, jugando con sus nueve nietos, yendo de compras con sus hijas y, sobre todo, siendo la fan número uno del futbolista.
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