Si el príncipe Harry y Meghan Markle hubiesen crecido en España tendrían grabado a fuego un lema que se hizo muy famoso en los 80 gracias al programa de televisión La bola de cristal: ‘solo no puedes, con amigos sí’. Aunque tampoco hace falta haber visto aquel formato presentado por Alaska para saber que cuando te mudas a otra ciudad o a otro país, tus amistades se convierten en tu nueva familia.

Claro que una cosa es pedirles que te introduzcan en la vida social de tu nuevo lugar de residencia; y otra muy distinta que sean cómplices de una ‘traición’ a la corona británica. Al menos así es como muchos recibieron una noticia publicada este fin de semana por el Daily Mail en la que se aseguraba que la estilista Jessica Mulroney, una de las amigas más íntimas de Meghan, había ayudado a los todavía duques de Sussex a registrar la página web sussexglobalcharities.com a través de la que ella tiene, denominada Shoebox Project Foundation.

Un nombre en el que en teoría Meghan y Harry iban a englobar todas sus actividades benéficas que demostraría que la pareja no piensa hacer caso a la última petición de la reina Isabel II, que les ha prohibido usar su título royal ahora que ya no son miembros senior de la familia real británica.

Y decimos en teoría porque, viendo el escándalo que se ha formado, la propia Jessica Mulroney ha roto su silencio para desmentirlo todo. “Si ciertos periodistas de investigación hubiesen hecho su trabajo, quizás se habrían dado cuenta de que Shoebox Project Foundation es propiedad de un tal Mr. Roy de Carolina del Norte y que, por lo tanto, no tiene ninguna relación con nuestra organización benéfica The Shoebox Project”, escribía en su Twitter.

Este mensaje demuestra hasta qué punto la prensa amarillista británica piensa seguir haciendo seguimiento a toda costa de las actividades de Harry y Meghan aunque ya no sean duques. A ellos y a todo su círculo íntimo. Y eso que los Sussex abandonaron la monarquía precisamente para evitar este acoso. Claro que ellos son los primeros conscientes de esta situación. Tanto que pese a vivir en Canadá van a seguir teniendo a su servicio un equipo de seguridad para proteger su intimidad y la de su hijo Archie. Al menos hasta que se calmen los ánimos.

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