Que un peluquero tenga una “primicia” no es lo habitual, pero así se refiere Moncho Moreno a su nuevo tratamiento capilar, al que además ha puesto un nombre “muy cachondo: Clandestino. Es uno de los protocolos de hidratación más eficaces que conozco, tanto es así que mi equipo ha tenido que firmar un documento de confidencialidad. No pueden desvelar la fórmula”, me confía este profesional de la belleza desde su nuevo salón en la madrileña calle de Velázquez. Un espacio que, tanto por sus dimensiones como por su carta de servicios y su decoración —que respeta las espectaculares boiseries del anterior inquilino del local, el interiorista Jaime Fierro—, solo se encuentra en París o Nueva York.
"Clandestino es tan eficaz que mi equipo ha tenido que firmar un documento de confidencialidad".
Clandestino, un cóctel personalizado —y secreto— de varias sustancias —ácidos, proteínas, vitaminas…—, en función de las necesidades del cliente. “Y eso es lo divertido. Tú no sabes lo que lleva, pero nosotros sí”, explica su artífice. Moreno promete resultados “espectaculares e inmediatos. Actúa en el cabello y en el cuero cabelludo, fortalece las raíces, el bulbo… Y no te puedo dar más pistas, porque por eso se llama Clandestino. Todo el mundo va a hablar de él”, insiste el responsable de las cabezas de Isabel Presyler o Naty Abascal, por citar dos de sus clientas más célebres. “En 37 años de profesión imagínate la de anécdotas que tengo”, admite. “Igual lo lee y me mata: Karolina Kurkova todavía se cree que tengo hijos, no hijas (Moreno está casado con la diseñadora Berta Martín y son padres de dos niñas). Llegó muy nerviosa a un desfile de Pronovias en el que yo era el encargado de peinarla. Sin conocerla de nada, se me ocurrió enseñarle las fotos de los bebés de un amigo. Como acababa de ser madre, se suavizó. Somos amigos desde entonces y me sigue preguntando por ellos”.
Moreno puede presumir de dos cosas: de una clientela fiel, famosa y anónima. “Atiendo a señoras que ahorran para venir dos veces al año al que consideran el mejor salón de España” y de que su trabajo es perfectamente reconocible. “Mis cabellos tienen aspecto sano, cuidado. Son cabellos de un gran salón”.
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