La gran protagonista del desfile de Marc Jacobs en Nueva York ha sido Miley Cyrus. La cantante ha saltado del escenario a las pasarelas defendiendo un estilismo muy acorde a su personalidad, acaparando a su paso todos los titulares. Miley ya había desfilado en Nueva York, en la pasarela alternativa MADE. Jeremy Scott la fichó para su colección primavera/verano en el año 2014
Tampoco es una gran sorpresa esta aparición de Miley, después de verla salir de las oficinas del diseñador un dia antes del desfile. Cyrus se hizo dueña de la pasarela defendiendo una de las prendas que han marcado 2019 y en una colección que presenta las tendencias del otoño-invierno 2020-2021: el bralette. Con su esculpido abdomen completamente al descubierto, el look de la cantante terminaba en total black con un pantalón sastre y unos guantes de ópera hasta los codos -una de las grandes tendencias incipientes en las últimas alfombras rojas más importantes-, pero con un twist muy rockero, eran de cuero.
El broche final al estilismo lo ponía un abrigo de cebra a modo de accesorio (colgando de la mano) y un bolso negro ideal para la oficina que a su vez colgaba de éste. El gran collar de diamantes que lleva Miley destaca por encima del conjunto y los ojos en un marcado ahumado negro terminan de cerrar un estilismo que no podría ser más rockero.
Otra de las estrellas que ha acaparado todo el protagonismo del desfile es Bella Hadid. La modelo fue pillada por los paparazzi mientras se dirigía al desfile de Jacobs, desde el show de Michael Kors. Su estilismo, articulado en varios tonos de verde oliva, ha sido ampliamente aplaudido por algunos de los grandes profesionales de la industria. Hadid combinaba de forma inteligente unos pantalones de pierna ancha en cuero verde oscuro; con un abrigo varios tonos más claro, de mangas y escote repletos de pelo. Debajo, tan solo un crop-top y como accesorios un bolso de Dior marrón oscuro a juego con sus gafas y pendientes.
Su estilismo de pasarela es otra historia. Evoca al personaje de Mrs. Robinson, en El Graduado y nos lleva hasta los años 60 de forma instantánea con unos -esta vez sí- acertados guantes de ópera blancos que destacan sobre un vestido de cortes sencillos y escote pronunciado de lentejuelas negro. El peinado de la actriz al estilo del Hollywood de la época es tan acertado como las joyas de diamantes que elevan la elegancia del conjunto.
Más allá de las celebridades que han acaparado la atención, la prenda protagonista del desfile ha sido el pañuelo que Jackie Kennedy -además de muchas otras mujeres de la alta sociedad- acostumbró a llevar en la cabeza en los años 60. La temática de todo el espectáculo estuvo articulada en torno a la mujer del 35º presidente de los Estados Unidos.
Conjuntos monocolor en tonos pastel como amarillo, rosa o azul han prevalecido en un desfile lleno de vestidos ‘slip’, abrigos de paño, de pelo y chales a juego. Todo un despliegue de clasicismo y vanguardia. Gigi Hadid deslumbraba con un traje de chaqueta y falda clásico, con calcetines de la época incluidos; mientras que Kaia Gerber hacía lo propio con prendas de pelo amarillas.
Este gran espectáculo de moda abría con una performance de baile y Marc Jacobs cerraba la Fashion Week de Nueva York de la mejor forma posible. Con un mensaje muy claro: la tendencia de moda callejera ha terminado y empieza la era de la elegancia y el buen gusto.
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