Un mal día lo tiene cualquier y debemos estar preparadas para saber cómo afrontarlo y que tu cerebro y emociones hagan borrón y cuenta nueva. Las respiraciones adecuadas y algunos ejercicios de meditación pueden ayudarte a conseguir una relajación exprés cuando esos picos de estrés los vives en el trabajo y necesitas recuperar tu foco y eliminar tensiones. Si sigues todas las técnicas que describen en Ingeniería del bienestar (Libros de vanguardia), no habrá mala reunión ni bronca del jefe que te haga perder la calma porque están diseñadas para hacerlas cómodamente sentada en tu silla de la oficina. Úsalas sin dudarlo si la ocasión lo requiere.
La respiración del yogui para recuperar la calma
Esta respiración nos aporta calma, nos libera de la tensión y nos ayuda a recuperar la estabilidad. Te va a resultar muy útil antes de afrontar reuniones complicadas o después de vivir un momento desagradable.
Sentada cómodamente en la silla, cierra los ojos, relaja el cuello, la mandíbula y los hombros. Lleva las manos al abdomen y abrázalo. Al inhalar lleva el aire hasta el abdomen, baja el paracaídas del diafragma, que se expande y separa la punta de los dedos. Exhala por completo y contrae el abdomen rozando los dedos de nuevo. Repite seis veces.
Lleva las manos a la altura de las costillas, inhala y observa cómo expandes los costados, y al exhalar vuelve al inicio (haz seis repeticiones).
Con las manos a la altura de las clavículas, realiza seis repeticiones observando que te expandes por dentro. La inhalación debe ser nasal, sin forzar, suave y cómoda.
Ahora repite las tres fases de la respiración integrandolas en una sola, como si fueras una botella que se llena de agua, notando el aire qu baja hasta el fondo, a la zona del abdomen, sigue por los costados y acaba llenándose, y exhala sacando el agua del fondo y ve subiendo hasta vaciar la botella completamente. Repite durante tres minutos.
La meditación sitali para las situaciones acaloradas
Esta meditación no solo hará que te “enfríes” sino que te aportará energía y vitalidad. Para hacerla puedes permanecer sentada, pero como implica sacar la lengua, mejor vete al baño a hacerla en privado. Una vez sentada debes relajarte haciendo tres respiraciones profundas y cerrando los ojos.
Coloca las manos en tu regazo con el pulgar y el índice unidos. Después enrolla la lengua en forma de U y sácala ligeramente de la boca. Inhala por la boca y exhala por la nariz. Siente el frescor al inhalar y observa el calor que expulsas por la nariz. Respira así durante tres minutos.
Si tu lengua no es capaz de enrollarse, no te preocupes. Haz el mismo ejercicio juntando los dientes superiores e inferiores y dejando la boca abierta. Inhala entre los dientes y exhala por la nariz.
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