Tanto el príncipe Guillermo como el príncipe Harry podían presumir de jóvenes de un pelazo increíble y de un color muy especial. Sin embargo y para su desgracia, el tiempo no perdona y el cabello del primero fue disminuyendo considerablemente con los años hasta acabar desapareciendo casi por completo en la parte superior de su cabeza. Su hermano pequeño ha tenido un poco más de suerte y a pesar de llevarse solo dos años con él, su calvicie no ha sido tan agresiva. Pero, consciente de su genética, y viendo su cabellera clarear, ha decidido actuar en consecuencia. Mejor prevenir que curar.
Las causas de la caída de pelo, además de genéticas, pueden ser de muchos tipos. La alimentación es un factor claramente decisivo, pero no hay dudas de que la dieta en el palacio de Buckingham debe ser más que rica en todo tipo de nutrientes. Descartando esa como una de las causas por las que los príncipes pierden el pelo, hay otra muy evidente: el estrés.
La prensa ha seguido muy de cerca y desde siempre a los dos hermanos, pero el peso de la corona siempre ha caído sobre el mayor. Guillermo es el futuro heredero y todos los focos han estado siempre puestos en él. Se esperaba mucho más de él y Guillermo lo sabía. Por eso, mientras el mayor iniciaba una relación sentimental con Kate Middleton en la universidad, el pequeño iba de fiesta en fiesta, ganándose fama de juerguista, sin aparentemente importarle.
Ese estrés al que fue sometido, probablemente causó que la caída del pelo de Guillermo se acelerase a pasos agigantados. Su respuesta fue superior al problema y decidió rapárselo. Harry, por el contrario, siempre ha sido más exigente con su imagen física y ha abromeado con la calvicie de su hermano en reiteradas ocasiones. Pero el gen Windsor pasa factura y Harry no es inmune. Con la llegada de su primer hijo y la hostilidad de la prensa contra él y su familia, el príncipe ha perdido gran densidad capilar y ha tenido que tomar las medidas pertinentes. Según apuntan los medios británicos, el hijo menor de la princesa Diana habría acudido a una clínica especializada para recibir un tratamiento.
La clínica es la prestigiosa Philip Kingsley Trichotherapy y está situada en el exclusivo barrio londinense de Mayfair (dónde si no). Es una de las más aplaudidas de Reino Unido y el tratamiento al que se ha sometido consiste en una redensificación del cabello. Cuesta unas 4.000 libras, alrededor de 5.000 euros. Una fuente ha contado la experiencia del príncipe al diario británico The Sun y ha comentado: “La visita de Harry causó un gran revuelo. Esta empresa es una de las mejores del mundo y la reunión que mantuvieron con Harry fue bien”.
El diario británico Daily Mail, por su parte, ha hablado con el cirujano experto en el asunto, Asim Shahmalak, que se ha pronunciado sobre el problema familiar. “La calvicie de Harry ha surgido de manera más lenta, pero ahora está alcanzando a su hermano rápidamente, sobre todo en el área de la coronilla. Está pendiendo su cabello al mismo ritmo que el príncipe Guillermo perdió el suyo cuando tenía 20 años. El gen de la calvicie en la familia Windsor es extremadamente agresivo”, declaraba hace unos días.
Otro experto, por su parte, es escéptico en lo que a resultados reales se refiere y afirma que el príncipe Harry llega tarde para conseguirlos. “Necesita frenar la caída futura, crear una base sólida y después intentarlo con un trasplante de pelo si quiere rejuvenecer algunos años”, ha confesado a The Telegraph el profesional Spencer Stevenson.
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